De mal en peor

energia
La redefinici贸n de la metodolog铆a de reparto de costes de las redes de transporte y distribuci贸n de peajes el茅ctricos, conocida durante estos d铆as, vuelvea agitar la ya de por s铆 complicada agenda regulatoria del sector el茅ctrico.
ENERG脥A DIARIO聽聽聽聽MADRID聽 23 路 09 路 2014


En la pr谩ctica, se trata de una聽nueva barbaridad que afecta al equilibrio del sistema de suministro el茅ctrico: una reordenaci贸n de las escalas de tensi贸n que modifica el esquema de tensiones y de grupos de tarifa asociados, anteriormente establecidas por la CNMC. Esta reordenaci贸n permitir谩 que los usuarios de 30 a 36 kilovoltios (kV) se beneficien de las tarifas de acceso de alta tensi贸n, tarifa aplicable anteriormente a partir de los 36 kV, cuesti贸n que beneficia a determinados sectores industriales.

En conjunto, con el continuo remover de la regulaci贸n y las modificaciones operadas,聽el Ministerio de Industria consigue el m谩s dif铆cil todav铆a: elevar las tarifas de acceso por la propia evoluci贸n de los costes de acceso y, al mismo tiempo, aumentar el d茅ficit de tarifa. Una decisi贸n sobre la que se pueden extraer distintas lecturas.

La energ铆a 芦barata禄 para reindustrializar Espa帽a y las tarifas federales

La primera lectura de esta decisi贸n, que ya llama la atenci贸n a los medios de comunicaci贸n, es partir de una concepci贸n federal de la tarifa en la medida en que la concentraci贸n de los clientes adscritos a las tarifas de alta tensi贸n entre 30kV y 36kV se sit煤an en el Pa铆s Vasco. En los medios econ贸micos se da por sentado que se trata de una concesi贸n del Gobierno al PNV, pactada en sede parlamentaria, debido a que este cambio beneficia fundamentalmente a instalaciones de la industria vasca, cuya potencia contratada mayoritariamente es de 33 kV.

En este sentido, una medida de estas caracter铆sticas podr铆a redundar en la b煤squeda de incentivos para otras comunidades aut贸nomas atendiendo a semejanzas en sus contratos de suministro o para ciertos sectores. En todo caso, se abre la veda para las tarifas asim茅tricas por alg煤n motivo.

Como deriva de lo anterior, parece claro que el marco comunicativo abierto en los c铆rculos empresariales y econ贸micos sobre la necesidad de reindustrializaci贸n de Espa帽a se habr铆a cobrado una primera medida no excesivamente sofisticada. En todo caso, la espita de nuevas reclamaciones sectoriales y territoriales seguramente alcanzar谩 al Ejecutivo en su versi贸n m谩s menesterosa, esto es, la electoral. Y el Gobierno, con su manija, puede acceder o no a las mismas, a modificarlas en virtud de la 鈥渞az贸n de Estado鈥 de la comunicaci贸n pol铆tica: las encuestas o la capacidad de presi贸n demosc贸pica de cada momento.

Cebar la bomba del d茅ficit y darse una alegr铆a para el cuerpo

Esta segunda lectura proviene del hecho de que hasta el propio Ministerio de Industria reconoce que esta f贸rmula de reordenar la escala de tensiones y tarifas generar谩 d茅ficit tarifario en la medida en que la rebaja articulada por la disminuci贸n del tramo inferior de alta tensi贸n no se ver谩 compensada por la elevaci贸n de las tarifas de acceso para otros consumidores (principalmente para consumidores dom茅sticos) con potencias contratadas menores. Lo cual hubiera sido una soluci贸n aritm茅ticamente impecable, aunque reprobable desde el punto de vista de la ortodoxia que exigir铆a un escandallo correcto y fiel de los costes de acceso a la hora de ser atribuidos para cada tipo de consumidor.

Por tanto, si tras las medidas normativas que el Gobierno incorpor贸 en la mal llamada 鈥渞eforma el茅ctrica鈥 ya se auguraba una importante cifra de d茅ficit tarifario por la evoluci贸n de 2014, esta medida amplifica el d茅ficit y lo incrementa. El Gobierno habr铆a adoptado una pol铆tica de聽de perdidos, al r铆o聽para darse una alegr铆a para el cuerpo. As铆, Soria contin煤a apunt谩ndose al uso pol铆tico discrecional de la organizaci贸n de la tarifa el茅ctrica, que adem谩s habilitar铆a al Gobierno para nuevas medidas posteriores contra/frente al d茅ficit tarifario futuro que nuevamente se acumule.

El problema europeo e institucional

Esta modificaci贸n tiene tambi茅n importantes elementos de preocupaci贸n a帽adidos en los tiempos de la transparencia plena, los mercados de informaci贸n perfecta y la congruencia en las cifras financieras.

Por un lado est谩 la forma de revisar lo regulado, la reorganizaci贸n de tensiones y grupos tarifarios por potencia, por la puerta de atr谩s, sin que pase por la CNMC, aprovechando la turbamulta del proceso de constituci贸n del nuevo equipo de la Comisi贸n Europea y el vac铆o de poder, incluyendo la presencia de Arias Ca帽ete en la聽selectividad聽como Comisario de Energ铆a y Acci贸n por el Clima, tras su nombramiento.

Por otro lado resulta previsible la caracterizaci贸n de tal medida como 鈥渁yudas del Estado鈥 por parte de las autoridades europeas. Esto se une, adem谩s, a que la propia Uni贸n Europea tiene una vigilancia declarada, y recogida en el Memorandum of Understanding, en torno al d茅ficit tarifario. De hecho, el Gobierno lo reconoce en la informaci贸n que peri贸dicamente remite a las autoridades europeas respecto a la evoluci贸n de la econom铆a espa帽ola.

Y, finalmente, se exacerba la tendencia a generar subsidios cruzados entre actividades. El Ministerio de Industria, Energ铆a y Turismo se erige como 谩rbitro entre las distintas actividades sectoriales con la oficina de liquidaciones de la electricidad, cuya sede se residencia en la CNMC, puesta al servicio de la tribulaci贸n pol铆tica.

Teniendo en cuenta que ahora el d茅ficit tarifario se financia por todos los agentes implicados en el suministro el茅ctrico, las聽rondas聽a las que invita el Gobierno a ciertos sectores industriales son pagadas por todos los agentes intervinientes en el sector el茅ctrico. Por eso, en lugar de abordar la separaci贸n de los costes ajenos al suministro incluidos en la tarifa, el Gobierno crea un nuevo modelo de d茅ficit tarifario de sindicaci贸n obligatoria para contribuir a unas supuestas pol铆ticas industriales. En suma, un debate que est谩 planteado de forma tramposa y cuyas soluciones son falaces, en manos de un aut茅ntico populismo de ministerio, que tambi茅n existe.

Fuente: Energ铆a Diario

Deja una respuesta

Tu direcci贸n de correo electr贸nico no ser谩 publicada. Los campos obligatorios est谩n marcados con *