Archivo por meses: noviembre 2013

¿Qué es el pool eléctrico?

Para cada hora, los productores y consumidores que, respectivamente, quieran producir o consumir energía, deberán presentar una oferta, según sus necesidades y usualmente a través de un representante o comercializador, al precio que consideren.

Como es evidente, el pool eléctrico tiene una serie de particularidades propias. El mercado es gestionado por un operador independiente, OMIE, y se articula a través de una sesión diaria y seis intradiarias. La sesión diaria, o mercado diario, permite la presentación de ofertas para las 24 horas del día siguiente al de su cierre, a las 12:00h, y es en la que más energía se negocia. Los mercados intradiarios se van convocando a lo largo del día anterior y del propio de entrega, y la energía negociada es menor, ya que su horizonte horario se va reduciendo paulatinamente y están destinados a cambios de previsiones de compraventa. Las ofertas se introducen a través de Unidades de Oferta (UOF), que integran la producción de una o más centrales representadas por el mismo agente, o la demanda de un conjunto de consumidores suministrados por el mismo comercializador.

Si bien, productores y compradores pueden pactar un intercambio bilateral independiente al mercado, lo habitual es que la mayor parte de éstos acudan al pool para realizar sus compraventas. Los vendedores son las centrales de producción, tanto en régimen ordinario (gran hidráulica, nuclear y térmicas) como especial (eólica, solar, biomasa, mini-hidráulica). Por otro lado están los compradores, que son la totalidad de los consumidores (domésticos e industriales). Adicionalmente existen unidades que trasladan la energía fruto de intercambios internacionales comerciales o no (Un ejemplo de interconexión comercial es la francesa: el flujo de energía en importación o exportación depende de la diferencia de precios entre el pool francés y el peninsular).

Horariamente y para cada una de las sesiones, OMIE ordena las ofertas recibidas de Unidades de Oferta de menor a mayor precio para la venta y de mayor a menor precio para la compra, siendo el precio inferior 0 y el superior 180,30 €/MWh. El resultado gráfico sería dos curvas agregadas, donde el eje ‘x’ es la energía y el eje ‘y’ es el precio. La casación es marginalista, donde se cruzan ambas curvas agregadas, se establece el precio de casación para esa hora y sesión, al cual venderán y comprarán las unidades que hubieran quedado por debajo y por encima, respectivamente, de ese valor, es decir toda la electricidad contratada:

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Conocido lo básico, resulta necesario plantearse el porqué de la volatilidad del pool. ¿Cuáles son las razones que fundamentan la diferencia radical de precios entre horas?
Cabe preguntarse en base a qué criterios diseñan los productores sus ofertas de venta: Las centrales nucleares y renovables venden a precio aceptante, es decir, a 0 €/MWh, por sus características técnicas: las nucleares por su baja capacidad de parada y las renovables por su incapacidad de almacenaje de energía primaria (viento, sol). El resto de centrales ya consideran sus costes de generación y oportunidad e incluso pueden introducir lo que se conocen como ofertas complejas, como condiciones de rampa entre horas, ingresos mínimos o bloques de oferta indivisibles, entre otras. Estas condiciones son consideradas por OMIE y pueden provocar que el cruce de las curvas se produzca en otro punto distinto al inicialmente previsto (véase imagen). La mayor parte de la demanda, como no suele ser gestionable, oferta al precio aceptante en compra, es decir el máximo de 180,30 €/MWh.

Se puede decir que el precio de casación viene marcado, generalmente, por las tecnologías térmicas, así como por la gran hidráulica, que puede regular el agua turbinada a través de embalses. Si bien, una menor demanda de consumo implicaría unos menores precios, al ser necesario que funcionen menos centrales, expulsando de la casación a las más caras. Adicionalmente, una elevación en la producción renovable puede implicar una fuerte bajada del precio de casación, llegando a producirse casos en los que toda la demanda se ve cubierta por producción a precio de 0 €/MWh, como ya ocurrió en numerosas ocasiones. Así, las energías renovables son capaces de arrojar radicales ahorros en el pool eléctrico, que influye en el precio de todos los consumidores y cuya cotización futura se establece en torno a 50 €/MWh.

Las ‘trampas’ de los comerciales de gas y luz

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Más de una vez un comercial de gas o luz ha llamado a su puerta para ofrecerle ayuda en el ahorro de la factura. Pero, en realidad buscan el beneficio de la compañía ya que cuando hace el cambio no lo nota al final de mes, según denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

En un informe, la organización facilitado diferentes trucos para que no le «engañen».

1. La compañía le dice ‘somos de los tuyos’. Casi nunca es así, suelen ser de una empresa diferente o de una del mismo grupo que la suya.

Normalmente quieren que deje la Tarifa de Último Recurso (TUR), que fija el Ministerio cada tres meses y que sirve de «refugio» para quienes no quieren contratar ninguna de las tarifas que ofrecen las comercializadoras, y el cliente se pase al mercado libre.

2. Poponen un cambio: su factura será bimestral y basada en consumo real. Sin saberlo, está cambiando de compañía. En la TUR ya hay facturas bimestrales según consumo real.

3. Atacan a su compañía por tener sede en otra comunidad autónoma: «Su dinero se lo llevan allí y podría quedarse aquí».

O dicen que paga un plus por transportar la electricidad hasta tu casa. Esto no es así ya que los peajes de acceso (incluyen transporte) son iguales en todo el país y para todas las compañías.

4. No son descuentos sobre toda la factura sino sobre algún concepto. Parecen suculentos (50%) pero acaban teniendo poco peso y casi siempre son temporales (6-12 meses).

5. Le aseguran un precio fijo garantizado. Pero, siempre incluyen cláusulas que revisan automáticamente el precio.

6. Le dicen que está pagando unas penalizaciones que ellos le pueden quitar. Llaman penalizaciones a conceptos como «Costes Permanentes» que se le van a cobrar sí o sí (aunque no se desglosen en factura).

7. Cada vez que la TUR sufre algún cambio, mienten diciendo que ha desaparecido y que no tiene otro remedio que pasarse al mercado libre.

8. Hablarán de todo menos del precio de lo que contrata (a veces superior al de la TUR).

9. No dicen que contratar con ellos implica también un servicio de mantenimiento. En el gas, le lían con las revisiones para salir ganando. La distribuidora hace la inspección de la instalación (cada cinco años), pero la revisión anual de la caldera puede hacerla con quien quiera.

10. No acepte ofertas sin tener antes el contrato, el cual debe revisar bien. No permita que un desconocido examine sus facturas, así hacen las contrataciones indebidas.

COMO ABORDAR LA RACIONALIZACIÓN DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA EN MI ORGANIZACIÓN

eficiencia_energeticaSi algo se ha “puesto de moda” en estos tiempos, es la racionalización de nuestros consumos energéticos: al impacto medioambiental y la cada vez mayor concienciación social, se ha unido la crisis económica y la puesta en valor de la necesidad de reducir costes…, y los costes energéticos es uno de los apartados en los que menos se había incidido y que, por su volumen, permiten unos ahorros significativos.

Probablemente, el hecho de ser conscientes de la enorme ganancia posible, está originando una forma de actuar paradójica: se apunta directamente a las grandes partidas, con capacidad de ahorro importante, lo cual, a priori, es normal; sin embargo, muchas veces, estos grandes proyectos comportan también grandes inversiones, las cuales, en ocasiones, tienen un retorno de la inversión muy dilatado, que hace que, al final, se desestimen.

Resultado: una organización que se había propuesto ser más eficiente y reducir sus costes energéticos realiza un primer estudio (con el coste que éste conlleva, se haya realizado internamente o subcontratando a un especialista energético) y, cuando se plantea el plan de acciones, el coste de éste y los plazos de amortización de la inversión hacen que se desestime. Conclusión: si no voy a abordar esto, que era lo más rentable, paso del resto de los temas de eficiencia…., y abandonamos todo el tema de eficiencia energética.

Sin duda situaciones parecidas a ésta os han ocurrido. ¿Por qué ocurre esto y cómo evitarlo? Vamos a intentar responder a estas preguntas en este post.

En el terreno de la eficiencia energética, como en casi todos, es necesario un planteamiento integral, que entienda la eficiencia energética como un elemento más de la gestión, es decir, del aprovechamiento óptimo, y recurrente en el tiempo, de un recurso escaso (que no deja de ser lo que en cualquier ámbito significa “gestionar”).

Por tanto, si la energía es un elemento igual que cualquier otro a gestionar, ¡empleemos las mismas metodologías para gestionarlo! No se trata de establecer cosas extrañas, sino de sistematizar nuestra forma de actuar, en 7 sencillos pasos:

  1. Obtener la información
  2. Organizarlas para que sea manejable
  3. Analizarla
  4. Tomar medidas correctivas que me mejoren la situación
  5. Medir el resultado de esas medidas
  6. Volver a analizar la información resultante
  7. Tomar nuevas medidas
  8.  …. y, por supuesto, repetir el ciclo de manera sistemática

Ciclo de deming

Se trata de un proceso obvio, pero que normalmente no se aborda así, sobre todo en el último punto, transformándose en una actividad puntual.

¿Qué aspectos son especialmente significativos cuando hablamos de eficiencia energética y qué debemos considerar si queremos plantearnos la eficiencia energética como una parte de nuestra gestión? Vamos a ver cada uno de los 7+1 pasos anteriores y sus especificidades cuando hablamos de energía:

1.- Obtener Información de los Consumos Energéticos.-

Dos son las posibles fuentes de información:

  • Las facturas de los suministradores.- Ofrecen bastante información y cada vez más. Es una herramienta fundamental para gestionar, dado que nos ofrece una fuente sistemática de información susceptible de indiciar y tipificar. Cuando estamos hablando de grandes organizaciones con multitud de puntos de consumo constituyen la puerta de entrada a cualquier sistema de gestión y optimización
  • Lecturas específicas de elementos individuales, realizadas a través de contadores y aparatos de medida. Fundamental para controlar el comportamiento de maquinaria e instalaciones, aislar consumos y determinar planes de sustitución

2.- Organizar la información de consumos energéticos para que sea manejable.-

Cuando hablamos de altos volúmenes de información (obviamente, si tenemos cuatro datos, el problema no existe), no basta con poder capturarla; es necesario estructurar,  y organizar esa información para que podamos hacer algo con ella.

Estructurar los consumos energéticos en función de sus características, de las características de la instalación que los produce, del uso que se hace de dichas instalaciones, etc…., resulta fundamental para poder pasar al siguiente nivel.

Disponer de sistemas que nos permitan visualizar evoluciones temporales, que nos provean de alarmas, que faciliten ratios de eficiencia…, resulta básico en el mundo energético.

3.- Análisis de la Información de los consumos energéticos.-

Una vez que tenemos la información estructurada para que sea significativa, debemos entrar en el análisis. Existen dos tipos de análisis:

  • Análisis de la instalación.- Se centra en la propia instalación, edificio, etc…, que estemos analizando: tendencias, estacionalidad, ratios de eficiencia, de coste, etc…
  • Análisis comparativo.- Se basa en la comparación del comportamiento de una instalación con sus equivalentes: benchmarking interno (con instalaciones equivalentes) o externo (mejores prácticas sectoriales)

4.- Adoptar Medidas de Eficiencia Energética.-

Esta es la parte que a todos nos gusta: una vez analizado el problema, estudiamos las soluciones, decidimos una línea de actuación, y la llevamos a cabo…., y como cada vez hay más alternativas y la tecnología evoluciona, las posibilidades de mejorar nuestros niveles de eficiencia son mayores.

La disponibilidad de los datos de consumo (puntuales e históricos), la capacidad de proyectar los ahorros en el tiempo y comparar con las inversiones a realizar nos permitirá establecer el retorno esperado de la inversión, priorizar las actuaciones y organizar nuestro plan de acciones en función de dichos parámetros.

5.- Medir el Resultado de las Acciones de Eficiencia Energética.-

No basta con lanzarnos a modificar instalaciones, sustituir los sistemas de iluminación, renovar las instalaciones, etc…: debemos verificar que nuestro plan de acciones se cumple según lo programado y, sobre todo, que tiene los resultados previstos.

No basta, por consiguiente, con medir antes; es fundamental continuar con la captura de información una vez lanzado nuestro plan de actuación para ver los resultados que está produciendo.

6.- Analizar la información de consumos energéticos resultante

El análisis de la información de consumos, la comparación de las series históricas y los cambios a partir de las acciones adoptadas nos permitirá establecer si las medidas están teniendo los efectos previstos, desde el primer momento.

Pero más allá de esto, deberemos mantener el análisis comparativo de nuestras instalaciones (las que hemos renovado y las que no), para evitar falsas conclusiones, derivadas de elementos exógenos. Ello nos permitirá ir verificando la validez de las conclusiones que obtuvimos y de las decisiones adoptadas

7.- Tomar nuevas medidas de eficiencia energética.-

Tal y como decíamos al principio, esto no es un proceso puntual, sino que debe integrarse en nuestro modelo de gestión y por tanto, debe ser algo establecido dentro de la sistemática de la organización: una vez conseguida una mejora de la eficiencia, la situación resultante pasa a convertirse en el punto de partida para buscar nuevas mejoras de rendimientos y nuevas disminuciones de costes.

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El Congreso aprueba la Ley Eléctrica e incorpora solo las enmiendas del PP

energiaEl PP ha vuelto a tirar de su mayoría parlamentaria y ha logrado que la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados aprobara esta mañana el proyecto de Ley del Sector Eléctrico, sin dar tiempo a analizar las 441 enmiendas presentadas por la oposición. Eso sí, ha incorporado en el texto las 57 presentadas por el Grupo Popular, al tiempo que rechazaba todas las restantes. El texto será remitido ahora al Senado.

Las enmiendas aprobadas son, en general, de carácter técnico, según informa Efe, aunque una de ellas establece que la retribución de las actividades reguladas se fijará cada seis años, pero que estos periodos tendrán una revisión intermedia a los tres años para evitar posibles desajustes. 

El proyecto de Ley del Sector Eléctrico constituye la principal normativa de la reforma energética aprobada en julio por el gobierno, con la que éste pretende acabar con el déficit de tarifa y evitar que este vuelva a producirse en el futuro.

Según el portavoz de los populares Antonio Erías, el Gobierno «ha acometido una reforma valiente, necesaria y en cierto modo inevitable» para conseguir resolver la «inestabilidad» que, a su juicio, «se había instalado dentro de nuestro sistema energético».

Condena unánime de la oposición

No lo ven así, ni mucho menos, los restantes grupos políticos. El diputado socialista Jesús Alique ha rechazado prácticamente todos los puntos de la normativa, en especial en lo que se refiere a las renovables y el autoconsumo, que en su opinión es «uno de los graves errores de este proyecto».

Desde la Izquierda Plural, Laia Ortiz ha reiterado la «absoluta disconformidad con el fondo y la forma» de la normativa, por su impacto en términos económicos y ambientales, al tiempo que Josep Sánchez i Llibre, de CiU, ha alertado del riesgo de deslocalización industrial por los elevados precios de la energía y ha pedido respeto para las competencias autonómicas.

El diputado del PNV Pedro Aspiazu ha subrayado el impacto de esta norma en la competitividad industrial, mientras que desde UPyD Carlos Martínez Gorriarán ha criticado que «trata de consolidar un modelo de negocio que ha fracasado» al tiempo que «intenta poner barreras de acceso a los que se han incorporado a última hora», en referencia a las renovables.

Además, los grupos de la oposición han criticado que el Grupo Popular no haya permitido comparecencias complementarias en esta comisión, impidiendo así que se oyera la opinión de, entre otros, Alberto Lafuente, ex presidente de la Comisión Nacional de Energía, o de Miguel Ángel Martínez Aroca, presidente de la asociación fotovoltaica Anpier.

Cortocircuito en el Congreso de los Diputados

Una sobrecarga eléctrica ha paralizado la Democracia, lo que permite al Gobierno manipular los fusibles del Estado.

La descarga eléctrica ha sido de tal magnitud, que ha bloqueado todo el sistema Reglamentario para la tramitación Parlamentaria del Proyecto de Ley del sector Eléctrico.

El artículo 114 del Reglamento del Congreso de los Diputados establece que el debate de cualquier Proyecto de Ley se hará «artículo por artículo». Además se podrá hacer uso de la palabra en cada uno de los artículos. Para lo cual el artículo 115 del referido Reglamento establece las competencias del Presidente de la Comisión, para regular el tiempo máximo de intervención por cada artículo.

Si antes del martes 19 a las 9:30 horas, el Electricista-Jefe del Congreso de los Diputados, D. Jesús Posada no tiene resuelta la avería, corremos el riesgo de causar un gran desastre en el circuito de la Democracia.

Los ciudadanos confiamos en la rápida y urgente intervención del señor Posada, pues el artículo 32 del Reglamento del Congreso le confiere el Derecho y el deber de hacer cumplir las normas al resto del equipo técnico que tienen la obligación de respetarlas.

Siniestros mas graves se han producido en el Congreso de los Diputados y han terminado resueltos de inmediato. De este no se puede esperar menos. Estamos seguros de que las Garantías que protegen la Democracia Española están correctamente aseguradas.

Recuperada la Energía y resuelta la avería, la normalidad volverá a reestablecer el funcionamiento de tan alta institución como es el Congreso de los Diputados. Y así se lo han recordado Grupos Parlamentarios por escrito al señor Posada¹ el pasado miercoles 13. Tan solo es un mero formalismo, pues el Electricista-Jefe del Congreso de los Diputados conoce perfectamente que está obligado a exigir a la mesa de la Comisión que se debata el Proyecto de Ley, artículo por artículo.

Sin embargo parece ser que el equipo técnico del Congreso de los Diputados encargados de intervenir directamente en la resolución de este incidente, no está por la labor. Hasta el extremo de que se les ha ofrecido la intervención de ilustres y grandes expertos en el sector eléctrico² para comparecer de inmediato, habiendo sido rechazado por estos técnicos. Si este desinterés persiste y la avería no ha sido resuelta antes de la fecha establecida, se presenta una situación sin precedentes en la historia de la Democracia Española; el Congreso de los Diputados tiene técnicos que desobedecen el Reglamento que lo regula.

Parece ser que el objetivo que pretende la Mesa de la Comisión de Industria no es solucionar la avería que ellos mismos presuntamente han provocado, sino mas bien en hacerla mas compleja. El objetivo consiste en debatir las 498 enmiendas que ha recibido el Proyecto de Ley del Sector Eléctrico, en menos de 1 hora ¡¡¡ , a razón de 15 minutos de intervención por cada Grupo Parlamentario. Todo un insulto a la higiene democrática que debe prevalecer en tan alta institución, representante del pueblo soberano que cada día está mas pendiente de todas las intervenciones que se realizan en el seno parlamentario.

Ánimo señor Posada, que la suerte le acompañe ¡¡

Fuente:  cnews.es

Facturas que dejan helado

La crisis agrava el impacto de la pobreza energética, la imposibilidad de abonar los recibos de la luz o el gas, que ya afecta a cuatro millones de españoles.

La inminente llegada del frío pondrá de nuevo de manifiesto uno de les efectos más graves y menos conocidos de la crisis económica. Cientos de miles de hogares españoles pasarán el invierno a temperaturas mucho más bajas de lo que exigirían, no ya el confort, sino incluso la salud humana. La llamada pobreza energética —falta de medios económicos para atender las facturas de la electricidad, el gas u otros combustibles— podría estar costando la vida a entre 2.300 y 9.300 personas al año en todo el país.

“En invierno se registra una tasa de mortalidad adicional, que en España se cifra en unos 20.000 fallecimientos al año, una de las más elevadas de Europa. Nosotros intentamos establecer qué parte de esa mortalidad se debía a la pobreza energética, y los diferentes estudios consultados nos indicaron que podría estar detrás de entre el 10 y el 40% del total”.

Habitar en una casa cuya temperatura es demasiado baja no sólo puede agravar los síntomas de dolencias respiratorias y cardiovasculares preexistentes, sino “afectar incluso a la salud mental, causando trastornos emocionales, como depresiones, especialmente entre niños y adolescentes, según han demostrado algunas investigaciones”.

Los datos de la ACA (Asociación de Ciencias Ambientales) indican que las familias españolas pagan por la energía un 80% más de lo que abonaban hace 10 años, y deben hacerlo con un nivel adquisitivo mucho menor. La crisis económica ha multiplicado el problema con el incremento de la tasa de paro hasta el 26% y una media de reducción salarial del 7%.

Artículo completo en ecoavant.com

Ahorradores energía: un engaño

LOS AHORRADORES DE ENERGÍA ELÉCTRICA Y LO QUE DICE LA CIENCIA.

En los programas de televenta y en sitios de compra por internet se vende una amplia variedad de aparatos que dicen ahorrar energía, reduciendo gastos en electricidad y además contribuyendo con el medio ambiente. Su uso es, en apariencia muy sencillo: se compra, se enchufa y se comienza a ahorrar dinero.

En el mercado existe una amplia variedad de marcas y modelos de dispositivos que dicen hacer exactamente eso, ahorrarnos desde un 20% hasta un 40% de la energía que consumiríamos si no lo hubiéramos comprado. Los más conocidos son G-Ner-G SaverMister PluginsPower-SaveElectricity-Saving BoxLightzerPower Saver, entre otros. La mayoría de ellos exponen entre sus atributos:

•  Ahorra electricidad
•  Distribuye equitativamente energía parásita residual.
•  Reduce la factura de la electricidad.
•  No necesita instalación, simplemente enchufarlo y listo.
•  No requiere mantenimiento.
•  Ayuda a mantener la vida útil de sus electrodomésticos.
•  Estabiliza la corriente eléctrica.
•  Reduce las subidas de tensión.
•  Proporciona protección.
•  Cumple los estándares técnicos.
•  Ayuda a mantener el medio ambiente.
•  Protege contra ondas electromagnéticas dañinas.
•  Puede usarse las 24 horas al día, 365 días al año, conservando sus propiedades.

A simple vista parece una excelente inversión. Ahorrar energía, pagar menos, cuidar el medio ambiente, etc. ¿Qué más le podríamos pedir? Pero, no nos entusiasmemos demasiado. ¿Acaso serán ciertas las afirmaciones del ahorro energético? ¿Si lo compro voy a pagar menos en las cuentas de luz? Suena muy raro y presenta banderas rojas de «alerta estafa» por todos lados. 

Veamos las supuestas bondades de uno de ellos. Se llama G-ner-G Saver  y promete ahorrarnos hasta un 25% en la factura de la energía eléctrica. Lo vende la empresa de compras por TV Sprayette y esto es lo que publican:

G-ner-G Saver permite reducir hasta un 25% sus facturas mensuales de electricidad! Novedoso dispositivo para conectarse a través de una tecnología digital revolucionaria, que le permite ahorrar electricidad. Elimina los residuos de energía parásita, filtrando y dividiendo equitativamente el excedente en forma digital. Su tecnología inteligente optimiza el consumo de energía eléctrica, ayudando a prolongar la vida de los electrodomésticos. Ahorre dinero, reduzca el consumo de energía y proteja el medio ambiente con el G-NER-G Saver. En un momento en que la economía es esencial, G-NER-G Saver es el número uno en ahorro de energía y el producto de este rubro más exitoso, con más de 10 millones de unidades vendidas en todo el mundo. Ventajas: Ahorra electricidad. Reduce los campos electromagnéticos (CEM). Distribuye equitativamente energía parásita residual. Ayuda a cuidar el medio ambiente. 

Las publicidades de este tipo de cachivaches, suelen estar plagadas de términos técnicos, llenas de información irrelevante y de testimonios falsos con los que abruman al espectador. Los ensayos técnicos, realizados por algún organismo independiente, brillan por su ausencia, pero aún así terminan persuadiendo al televidente de la compra. ¿Un dispositivo que permite consumir menos energía y pagar menos en su factura eléctrica? Vamos analizar estos aparatos y comprobemos si se trata de un nuevo engaño.

A continuación, hago un paréntesis para una explicación, que no pretende ser demasiado rigurosa, sobre algunos conceptos que podrían ser de utilidad para entender el posible fraude. Si no le interesa o es muy largo, puede saltearla e ir directamente al título «Tan solo un condensador».

Energía y potencia
En primer lugar debemos recordar qué significa energía: «La energía es la capacidad para realizar un trabajo«. En el caso de la energía eléctrica ese trabajo es el que debe hacer el campo eléctrico para desplazar las cargas (electrones) dentro de los conductores. La energía, en unidades del Sistema Internacional, se mide en un Joules, pero por razones prácticas la energía eléctrica se usa frecuentemente el kWh (kilowatt hora) que es el que se ve en las facturas de luz. Ahora bien, para que los aparatos eléctricos que usamos a diario  funcionen correctamente, deben consumir una cierta cantidad de energía por segundo, que la absorben de la línea eléctrica. Ese flujo de energía, es decir esa cantidad de energía consumida cada segundo se denomina potencia eléctrica. La potencia eléctrica se mide en Watts y éste es el número que vemos en todos los aparatos eléctricos, por ejemplo: una lámpara inacandescente de 60W, una estufa 2500W, un televisor 100W. Es decir, la potencia (los watts) nos dan una idea del consumo de energía; si multiplicamos la potencia por el tiempo que tenemos encendido ese aparato obtenemos la energía consumida. Dicho de otra forma, la energía eléctrica consumida E es igual al producto de la potencia activa P y el tiempo t.

Así, una lámpara de 100W encendida durante 270 horas al mes consume una energía de:

Con lo antes explicado, vemos claramente que cada aparato consume la potencia indicada (nominal) para funcionar con normalidad. Si, por ejemplo, a una lámpara le aportamos menos potencia (reduciendo la tensión) veremos que enciende de forma tenue, con poco brillo o que directamente no enciende. No podemos pretender que con menor potencia ilumine igual que antes. Por lo tanto, para que un aparato produzca un trabajo determinado debe consumir una cierta cantidad fija de energía eléctrica. No hay otra. No hay  forma de modificar externamente el consumo de un aparato, porque no hay forma de modificar sus requerimientos de energía para poder hacer un trabajo. En resumen: si buscamos que a los electrodomésticos se les suministre menos energía,  lo único se consigue es un mal funcionamiento. Los requerimientos de potencia de los aparatos eléctricos son fijos.

Triángulo de potencias

Los dispositivos eléctricos de corriente alterna (la que llega a nuestros hogares) utilizan la energía de un modo particular:
  • Una parte de esa energía es realmente consumida por el aparato para realizar un trabajo, por ejemplo para que el motor de una bomba eleve el agua hasta el tanque, o para calentar el filamento de una lamparita. Esa potencia se conoce como potencia activa, se mide en Watts y se la designa con la letra P.
  • Otra parte de la energía tomada de la red no es «gastada» por los aparatos électricos, sino que la fuente (compañia eléctrica) entrega esa energía y el dispositivo la almacena momentáneamente y luego se la devuelve a la fuente.  De esta manera se produce un intercambio de energía entre la fuente y el dispositivo, que en promedio resulta ser cero, por lo que no produce trabajo útil. Esta forma de potencia se conoce como potencia reactiva sólo aparece cuando existen componentes reactivos en el circuito (bobinas o condensadores) y es el flujo de energía almacenada temporalmente en forma de campo eléctrico o magnético en dichos elementos. La potencia reactiva se mide en voltamperes reactivos (VAr) y se designa con la letra Q.
Triángulo de potencias.

Lo dicho hasta aquí se puede visualizar en el triángulo de potencias. Si graficamos a la potencia activa P como el cateto horizontal y a la reactiva Q como el cateto vertical, se obtiene la composición de ambas: la hipotenusa S o potencia aparente, que es un número complejo, y se mide en voltamperes (VA).

El ángulo φ del triángulo nos dice cuánta potencia reactiva «pide» una instalación eléctrica o un dispositivo en particular. A mayor φ, mayor Q. El coseno del ángulo φ se denomina factor de potencia  y por trigonometría podemos ver que es relación entre el cateto adyacente (la potencia activa P) y la hipotenusa (la magnitud de la potencia aparente S) :
El factor de potencia es un indicador del correcto aprovechamiento de la energía eléctrica. Es      una magnitud adimensional y puede tomar valores entre cero y uno (0 ≤ fdp ≤ 1). Nos da una medida de cuánta de la energía absorbida va a ser convertida en trabajo.  Si una carga (se llama carga a un dispositivo conectado a la red eléctrica) tiene Q nulo o muy pequeño, entonces el ángulo φ se aproxima a 0º y el  factor de potencia se acerca a uno (porque el cos(0º)=1). Estas cargas con fdp≈1 utilizan mejor la potencia entregada. Por ejemplo, un factor de potencia de 0,95 nos indica que, del total de la energía abastecida por la empresa distribuidora, sólo el 95% de la energía es utilizada por el usuario, mientras que el 5% restante es energía que se desaprovecha. Las cargas con fdp bajos consumen mucha Q, (el ángulo φ es grande) y se dice que la carga es reactiva. Estos tipos de cargas desaprovechan mucho la energía eléctrica.
En la industria y en el hogar, tenemos todo tipo de aparatos eléctricos que consumen de los dos tipos de potencia P y Q, cada uno aportaría lo propio alargando uno y otro cateto. Así, una lámpara incandescente, un calentador de agua o una estufa, sólo consumen potencia activa (son resistivos puros) y sólo modifican el largo de P (en rojo);  mientras que los tubos fluorescentes, los aparatos con motor como ventiladores, acondicionadores, bombas de agua, al poseer bobinas, además de consumir potencia activa P consumen potencia reactiva Q, por lo tanto alargan un poco el lado Q y otro tanto al lado P. Es decir que los motores y tubos fluorescentes, empeoran el factor de potencia, alejándolo cada vez más del valor ideal de uno.

Afortunadamente, a los clientes hogareños las empresas de energía nos cobran únicamente la energía activa (asociada con P) y no la energía reactiva (asociada con Q). A los clientes industriales se les cobran las dos energías y se les exige que mantengan un factor de potencia por encima de 0,96. Esto es así porque con un fdp bajo, por los cables circulan corrientes muy grandes y esto representa pérdidas de energía y de dinero para la empresa. Pero, ¿cómo hace la industria para corregir el factor de potencia a los valores exigidos? Bueno, hay algo que no contamos todavía. La potencia reactiva Q puede tomar valores positivos o negativos, dependiendo del tipo de carga. Suena raro que una potencia sea negativa y parece no tener significado físico, pero debemos recordar que dijimos que la potencia aparente S es un número complejo. Las cargas inductivas como los motores requieren potencia reactiva Q positiva, mientras que las cargas capacitivas requieren potencia reactiva negativa. Otra forma de decirlo sería que las cargas inductivas «piden» potencia reactiva y las cargas capacitivas «aportan» potencia reactiva. Esto es la base de la corrección del factor de potencia. En instalaciones donde hay muchos motores, la potencia reactiva Q es grande, lo que empeora el factor de potencia. Si se conecta una cierta cantidad de condensadores en esa instalación, éstos podrían aportar potencia reactiva de signo opuesto, contrarrestándola.

Veamos esto en el triángulo de potencias. En una instalación con motores funcionando se tiene una gran potencia reactiva +que, como dijimos, aumenta el ángulo φ, y achica al factor de potencia, lo cual no es querido, pues provoca los problemas antes mencionados.

Para corregir esos inconvenientes se colocan uno o varios condensadores en paralelo en la instalación de manera de que su «consumo negativo» de potencia reactiva (o aporte) produzca una reducción neta de la potencia reactiva totalEn azul se ve la potencia reactiva +Q que consume la instalación. En violeta, la potencia reactiva del condensador, que es de signo opuesto a la de la instalación.


Al restarse una con la otra, se produce como resultado la línea de color marrón, la resultante y como vemos es de menor valor que la potencia reactiva Q original.

Hay que dejar en claro que en ningún momento ningún dispositivo consume menos potencia reactiva. La potencia reactiva que necesita un motor o un electrodoméstico es la que es y no puede modificarse. Cada dispositivo conectado sigue absorbiendo la misma cantidad de potencia reactiva, pero, como luego conectamos un banco de condensadores, éstos contrarrestan el efecto de esos dispositivos ya que suman potencia reactiva negativa. Así, que lo que estamos modificando es la potencia reactiva que «ve»  la empresa de energía que le estamos pidiendo. Compensando la potencia reactiva estamos reduciendo el ángulo φ y hacemos al fdp de la instalación más cercano a la unidad.

Dijimos que una gran potencia reactiva es perjudicial para las instalaciones. Veamos por qué. Si bien, la potencia reactiva Q no representa trabajo realizado, el problema con ella es que hace que se necesite una corriente mayor por los conductores. Es importante que factor de potencia sea muy cercano a la unidad, para que Q sea pequeña, de lo contrario se producen algunos problemas que tienen que ver con la instalación eléctrica. La potencia aparente S aumenta con Q, según el teorema de Pitágoras

Pero, la potencia aparente S se puede calcular como el producto de la tensión y la corriente I:

Si reemplazamos S en la expresión del factor de potencia:

Nos queda:

Pero, como el voltaje V es fijo en 220V, podemos despejar el valor de la corriente I:
Es decir, la corriente de una instalación depende de forma inversamente proporcional al factor de potencia. Con el máximo factor de potencia (fdp=1) se tendría la corriente mínima por los cables, pero si el factor de potencia es cada vez menor (0<fdp<1) la corriente se haría cada vez mayor. Las corrientes grandes son indeseables porque los cables de las líneas de transmisión deben soportar esa gran a corriente y para ello deberían ser de gran diámetro, lo cual encarecería su costo por tener más cobre. Pero eso no es todo, los generadores y transformadores de la compañía eléctrica también deben sobredimensionarse para aportar la potencia aparente S necesaria. Y el peor de los problemas son las pérdidas por efecto Joule, donde parte de la energía generada se termina disipando como calor en los conductores y a mayores corrientes mucho mayores son las pérdidas.
Ejemplo
Veamos esto con un ejemplo. Supongamos que tenemos dos aparatos conectados a la línea de 220V y que consumen la misma potencia activa P,  pero uno de ellos tiene un factor de potencia bajo (indeseable) y el otro un factor de potencia alto (deseable):

Aparato 1:   fdp=0,97,  P=2500W, V=220V.  La corriente resulta:

Aparato 2:   fdp=0,30,  P=2500W, V=220V.  La corriente resulta:
Aquí se ve claramente cómo el Aparato 2, con bajo factor de potencia, necesita una corriente mucho mayor que el Aparato 1, a pesar de que los dos están produciendo el mismo trabajo eléctrico (dado por la potencia activa que es igual para ambos).

Tan sólo un condensador

Pues, volviendo al tema en cuestión, con lo dicho anteriormente dejamos claro que estos ahorradores no pueden reducir los requerimientos de energía de nuestros electrodomésticos. En cuanto a lo de producir un ahorro, hay testimonios de personas y organizaciones de defensa del consumidor que han probado los dispositivos ahorradores de energía y no han notado ningún ahorro. ¿Entonces qué es lo que hacen estos aparatos? El despiece de uno de estos dispositivos nos devela el «misterioso mecanismo» que permite los mágicos ahorros en el hogar.
La pobre calidad del manual de instrucciones de tan «sofisticado aparato».
Desarme del dispositivo.
Ahorrador Practical-Energy-Saver.
Interior de un «ahorrador» de energía.

En el interior del supuesto ahorrador nos encontramos con una placa cuya única funciónes alimentar dos leds que quedan siempre encendidos haciendo las veces de luz piloto en el frente  y que no cumplen otra función que mostrar que el aparato está enchufado. La cajita de negro con inscripciones en blanco de la parte superior es un condensador de 12μF. Eso es todo. Los fabricantes venden un simple condensador como innovador dispositivo de ahorro de energía. No hay ninguna tecnología digital, ni funcionamiento inteligente, ni nada novedoso ahí adentro. Además, ese condensador se puede comprar por un precio cercano a 1 euro en cualquier casa de productos eléctricos, no por los 40 euros que piden por internet.  ¡Menos aún por lo que cuesta en las teletiendas!

La idea detrás de colocar un condensador en la instalación eléctrica, viene de la técnica de corrección del factor de potencia de cargas reactivas. El factor de potencia es un indicador del aprovechamiento de la energía eléctrica. Es un número entre cero y uno (0 ≤ fdp ≤ 1) y  nos da una medida de cuánta de la energía absorbida va a ser convertida en trabajo. Las cargas con bobinas, como los motores y tubos fluorescentes, tienden a desaprovechar la energía, es decir empeoran el factor de potencia (lo hacen más pequeño).  Por ejemplo, si una fábrica trabajara con factor de potencia de 0,70 nos indica que, del total de la energía suministrada por la distribuidora, sólo el 70% de la energía es utilizada, mientras que el 30% restante es energía que se desaprovecha. Por este motivo las compañías eléctricas exigen que el factor sea lo más cercano posible a uno.

Las empresas eléctricas les cobran a todos los usuarios la energía activa, que es la que realmente consumen. Pero, a los clientes industriales, además les cobran la energía reactiva. Las distribuidoras de energía miden el factor de potencia de las instalaciones industriales y si ese valor es bajo les aplican penalizaciones o sobrecargos. Para evitar esos inconvenientes, las empresas deben corregir el factor de potencia de su instalación mediante baterías de condensadores que actúan automáticamente, conectando el número de condensadores que sean necesarios en cada momento para producir la compensación. Dicho esto, un simple condensador de bajo valor no produciría una corrección apreciable, descartando el uso de estos «ahorradores» a nivel industrial. A nivel domiciliario, las distribuidoras sólo facturan la energía activa consumida (los kWh),  no tienen en cuenta el factor de potencia en los hogares, por lo tanto no es necesario corregirlo en los domicilios. Los condensadores aportan parte de la potencia reactiva que necesitan las bobinas (de un motor, por ejemplo). Tener un condensador conectado todo todo el tiempo podría corregir el factor de potencia cuando hay un ventilador o un aire acondicionado en marcha, pero lo empeoraría en los momentos en que no haya ningún motor conectado, volviéndose contraproducente. Por eso, tampoco sería útil en una casa una compensación fija como la que hacen estos «ahorradores», en todo caso debería ser controlada como en la industria, según sea lo que tengamos enchufado en cada instante. Aún así no notaríamos ni siquiera un céntimo de diferencia en la factura de la luz porque los kWh que consumimos no se modifican agregando condensadores.
Videos para convencer a los escépticos

Muchas de las empresas que comercializan estos «ahorradores» grabaron videos demostrativos donde engañan enseñan cómo su producto logra el supuesto ahorro de energía. A continuación, un par de videos, donde quieren mostrar que el «ahorrador» funciona midiendo las corrientes en la línea antes de conectar el ahorrador y después.

Lo que muestran los videos es cierto, no hay ningún truco, lo que si hay son intenciones de engañar a la gente. Como vimos, los ahorradores no son ni más ni menos que un condensador dentro de una linda caja. El condensador sirve para corregir el factor de potencia. No es casualidad que hicieran la demostración con un motor o con una heladera (que también es un motor) ya que los motores poseen bobinas que, dijimos, empeoran el factor de potencia. Al conectar el ahorrador/condensador…  voilà… se reduce la corriente por la línea. Otros equipos eléctricos como estufas o lámparas incandescentes, al ser resistivos puros, tienen un factor de potencia de 1. Si la demostración la hubiesen hecho con una lamparita ¡hubiesen medido una corriente mayor después de conectar el condensador! Vamos a demostrar que la compensación hace justamente eso: modifica la corriente por la línea, pero que eso no significa ningún ahorro de billetes. Ya habíamos explicado antes que la corriente es inversamente proporcional al factor de potencia:

En el primer video, con el «ahorrador» desconectado, el vendedor mide la corriente de línea, que es igual a la del motor porque no hay otra cosa conectada y le da 13A.
Hagamos unos números a modo de ejemplo. Supongamos que el motor del vídeo tiene un factor de potencia de fdp=0,62 y una potencia P=1750W a tensión de línea de U=220V. La corriente por la línea I, resulta:
Luego, conecta el «ahorrador» (condensador para los amigos) y mide una corriente de 9,4A (la mide antes  del condensador). Luego mide la corriente por el motor (después del condensador), pero esta sigue siendo de 13A. Entonces, la adición de un simple condensador logró una reducción de la corriente en la línea, pero no en el motor (si así fuera, el motor no funcionaría como corresponde).
En realidad, al conectarle el condensador, el factor de potencia del conjunto motor-condensador, se  hace más cercano a uno, digamos que pasa de valer 0,62 a  0,85. Entonces, ahora tendremos:

Después de conectar el «ahorrador» (es decir el condensador), la corriente medida en la línea se redujo, porque la potencia reactiva del condensador aporta esa diferencia, pero la corriente del motor sigue siendo la misma. Una reducción de corriente en la línea es muy importante porque, como ya comentamos, reduce la pérdidas en los cables. Pero eso afecta más a la empresa de energía que al usuario residencial. La compensación produce beneficios, pero no a los usuarios domiciliarios, a los que no se les cobra energía reactiva. En este caso el vendedor, al darle el nombre de «ahorrador» a lo que en realidad es un compensador, pretende mostrar algo habitual como es la corrección del factor de potencia, como un invento que nos reportará un ahorro de energía en nuestros hogares, cuando en verdad no es así.

Conclusiones

  1. Los requerimientos energéticos de cualquier aparato eléctrico son inamovibles, no se pueden modificar adicionándoles algún otro dispositivo.
  2. Los supuestos ahorradores de energía no son más que un simple condensador dentro de una caja elegante, nada de tecnología espacial, ni microprocesadores, ni innovación científica.
  3. Si bien, los condensadores se usan para corregir el factor de potencia de elementos reactivos como motores y reducir la corriente que circula por las líneas, al usuario común domiciliario no le reporta beneficio alguno en su factura de electricidad, ya que se le cobra la energía consumida (los kWh), que no pueden reducirse conectando un condensador.
  4. La compensación del factor de potencia es de utilidad para usuarios de gran consumo, si es que se les cobran cargos extra por factor de potencia es bajo. Para evitar pagar penalizaciones, utilizan un sistema de corrección automática con bancos de condensadores, de valores muy superiores a los de un «ahorrador» de los aquí mencionados. El uso de un ahorrador en un gran comercio o industria, no reportaría una corrección significativa.
  5. La única forma de reducir la energía consumida es utilizando lo menos posible los artefactos eléctricos.

¿Cómo ahorrar energía de verdad?

Si quiere ahorrar dinero, el primer consejo es no comprar ninguno de estos productos que prometen mucho, pero hacen poco. Una forma más efectiva de ahorrar dinero en las facturas de energía puede lograrse adoptando hábitos de consumo racionales con los siguientes consejos:
  • Apague por completo los dispositivos que no utiliza. No los deje en stand by.
  • Sustituya focos comunes y fluorescentes por lámparas ahorradoras de bajo consumo o led. Estos darán el mismo nivel de iluminación, duran 10 veces más y consumen 4 veces menos energía que los comunes.
  • Coloque la heladera lejos de fuentes de calor como estufas, calentadores, ventanas al sol, etc. Abra la puerta lo menos posible. Revise los burletes de goma y la correcta posición del termostato.
  • En el lavarropas, no lave pequeñas cantidades o de a una prenda, júntelas y cargue su lavadora con el máximo posible.
  • Planche la mayor cantidad de ropa cada vez. No deje la plancha conectada innecesariamente.
  • Mantenga el termostato del aire acondicionado en 25ºC. Cierre puertas y ventanas cuando use el acondicionador de aire. Limpie los filtros por lo menos una vez al mes. Cuando salga de la habitación apáguelo.

¿Qué es la eficiencia energética?

mundo

eficiencia_energetica

Seguramente ya has oído hablar de ella, pero ¿qué es realmente; comprar bombillas nuevas, apagar las luces, no utilizar los artefactos eléctricos, vivir con menos luz?  Veamos qué significa.

Es el conjunto de acciones que permiten optimizar la relación entre la cantidad de energía consumida y los productos y servicios finales obtenidos. Esto se puede lograr a través de la implementación de diversas medidas e inversiones a nivel tecnológico, de gestión y de hábitos culturales en la comunidad.

La eficiencia energética es una práctica empleada durante el consumo de energía que tiene como objeto reducir el consumo de energía. Los individuos y las organizaciones que son consumidores directos de la energía pueden reducir el consumo energético para disminuir costes y promover sostenibilidad económica, política y ambiental. Los usuarios industriales y comerciales pueden desear aumentar eficacia y maximizar así su beneficio. Entre las preocupaciones actuales está el ahorro de energía y el efecto medioambiental de la generación de energía eléctrica. También se denomina ahorro de energía. La Eficiencia Energética también se puede definir como la reducción del consumo de energía manteniendo los mismos servicios energéticos, sin disminuir nuestro confort y calidad de vida, protegiendo el medio ambiente, asegurando el abastecimiento y fomentando un comportamiento sostenible en su uso.

Ventajas y usos de la Eficiencia Energética:

La Eficiencia Energética genera, entre otras, las siguientes ventajas o beneficios:

  • Menores costes de producción, al consumir menos energía por unidad producida.
  • Contribuir al cumplimiento de las exigencias ambientales.
  • Mejorar la competitividad global.
  • Mayor capacidad de generación disponible, lo cual permite la utilización del sistema eléctrico disponible para otros usos.
  • Menor desperdicio de energía y menor generación de contaminación.