BAJAR LA POTENCIA CONTRATADA Y ALGUNOS HÁBITOS PERMITEN AHORRAR ENTRE 100 Y 580 EUROS LA FACTURA ENERGÉTICA.
Medir, conocer y controlar el consumo particular de cada hogar son las verdaderas claves para conseguir un ahorro real, explica el presidente de la ANAE, Francisco Valverde, porque ahora disponemos de una tecnología que permite “racionalizar” al máximo nuestros hábitos y los de nuestros electrodomésticos.
Por ello, esta asociación ha lanzado la campaña Actívate, que apuesta por adelgazar la factura eléctrica mediante dos acciones: bajar la potencia contratada para pasar a una tarifa de discriminación horaria, recordando que el precio de la energía no es el mismo según la hora en la que se consuma, y analizar lo que gasta realmente todo lo que se conecte a un enchufe.
MEDIR LA POTENCIA “Hay 10 horas al día a precio ligeramente superior y 14 horas al día a precio muy inferior (más o menos la mitad), por lo que eligiendo adecuadamente se puede conseguir con facilidad un ahorro del 10 al 25% anual en la factura”, apuntan.
Para medir la potencia necesaria en cada hogar o empresa, Valverde recomienda adquirir un monitor de electricidad que controla la demanda y permite comprobar en tiempo real el consumo que tiene el hogar. De esta manera se puede verificar personalmente si la potencia contratada se corresponde con el consumo y si los hábitos diarios son rentables.
“Cada caso es diferente, pero el mínimo ahorro obtenido en hogares particulares con esta campaña ha sido de 100 euros y, el máximo hasta la fecha, de 580…, mientras que en el caso de las empresas han llegado a ahorrar cantidades muy superiores”, añade.
La ANAE asegura que los consejos habitualmente asociados al consumo eléctrico “muchas veces” no son ciertos y que, por ello, “es mejor pasar a la acción para ver, en cada caso individual, si merece la pena aplicarlos o no”.
FRIGORÍFICO Y LA TELEVISIÓN Así, el frigorífico y la televisión son los dos electrodomésticos que más electricidad suelen consumir, pero las recomendaciones “energéticas” que escuchamos a menudo no suelen corresponderse con la realidad.
En el caso de la televisión, “aún se da mucha importancia a desenchufarla o conectarla a una regleta con interruptor” y “nunca” dejarla con la pantalla apagada y el piloto encendido, en el estado que se conoce como stand-by. Sin embargo, “desde la renovación de los nuevo aparatos para adaptarlos a la televisión digital terrestre (TDT) éstos se han modernizado mucho y ahora ese consumo es irrelevante”.
“CONSUMO FANTASMA” La ANAE advierte de que el “consumo fantasma” provocado por el stand-by es “mucho más importante” en el caso de aparatos como el lavavajillas, el aire acondicionado o un robot de cocina como la Thermomix, y nadie nos ha dicho nunca que los desenchufemos.
En cuanto a la nevera, al ser el electrodoméstico que más electricidad suele consumir en una vivienda común, cualquier costumbre, buena o mala, “repercute mucho en el gasto final”.
Por ejemplo, al abrir la puerta “con cierta frecuencia para coger o dejar cosas, típicamente en las horas de las comidas, se producen picos de consumo por un mayor funcionamiento” y, si se deja abierta un rato, “tarda en recuperar su consumo habitual con valores que llegan a alcanzar el 100 % superior al normal”.
Es, por lo tanto, un aparato que conviene cuidar de manera especial y por eso recomiendan mantener su limpieza, no colocarla junto a fuentes de calor y facilitar la ventilación posterior, además de evitar la formación de hielo y evitar guardar comida caliente para que el aparato gaste menos. Además, si tiene uno antiguo quizá sea hora de ir pensando en adquirir uno nuevo. El frigorífico gasta mucho al permanecer conectado las 24 horas y si se tiene uno de clase A+++ consume en torno a un 70% menos que un modelo de clase media.
Otra acción que nos permitirá adelgazar nuestra factura de la luz es la de sustituir las bombillas incandescentes y halógenos por LED. Efectivamente, son más caras pero ahorrará entre el 80 y el 90% del consumo eléctrico en iluminación. Además, la vida útil de la luces LED es muy superior (treinta veces más que las primeras y quince más que las segundas), el encendido es inmediato y además suelen estar garantizados.
ALGUNOS CONSEJOS
Calcular la potencia. Aunque suene complicado no lo es tanto. Para calcularla debemos sumar las potencias de los aparatos eléctricos que pueden llegar a funcionar simultáneamente. A esta suma debemos añadir un pequeño margen de garantía para que no salten los plomos cuando utilicemos la lavadora, el secador y el ordenador a la vez. Una vez conocida la potencia que necesitamos en casa, podemos acercarnos a las ofertas de las compañías que suelen ser múltiplos de 1.100 vatios y contratar la que sea inmediatamente superior a la suma que realizada.
Bombillas de bajo consumo o LED. Sí, es cierto que son más caras pero esta inversión inicial se verá recompensada en los recibos siguientes. Aunque cuesten, de media, como mímino cinco euros cada una su vida es más prolongada.
Apagar los dispositivos. No dejarlos en ‘stand-by’. Apagar la televisión desde el mando a distancia solo la deja invernando, es decir, sigue consumiendo energía. Los aparatos eléctricos hay que apagarlos del todo, aunque cueste un poco levantarse del sofá para darle al botón.
Lavadora llena y con agua fría. Este sencillo gesto también recorta bastante nuestro gasto a final de mes, además de gastar menos agua. Y no solo eso. También es recomendable apagar la vitrocerámica un ratito antes de que esté hecha la comida, pues con el calor que se ha concentrado se termina de cocinar esa sopa o el puchero del mediodía.
Mejor usar el microondas que el horno. Si se utiliza el hermano pequeño del horno de toda la vida se puede ahorrar hasta un 70%. El uso de la olla a presión también es una buena fórmula de ahorro.
Horno y frigorífico, lejos. En la cocina aleja el horno del frigorífico, pues el calor que desprende el primero obliga a la segunda a gastar más energía. Tampoco meter alimentos calientes en la nevera y mantener limpia la parte trasera del frigo porque la nevera gasta el 20% de electricidad del hogar.