Con el verano y las altas temperaturas que soportamos diariamente se produce también un aumento del gasto energético que realizamos debido, en gran parte, al uso de aires acondicionados y ventiladores.
Ya no es una cuestión sólo de ahorro económico, sino también una cuestión de mejor aprovechamiento de los recursos de los que disponemos, que convertidos en electricidad, calor o combustible, hacen más fácil y confortable nuestra vida cotidiana.
Según explica el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) en su guía práctica de la energía en España, ésta es de incalculable valor porque, además de sus coste en dinero, tiene un coste social, tratándose de un bien escaso en la naturaleza, agotable y que debemos compartir. Por eso, su uso indiscriminado produce impactos negativos sobre la salud medioambiental de un planeta que estamos obligados a conservar.
Por todo esto hoy os damos unas recomendaciones para poder ahorrar energía en el hogar:
En cuanto a los electrodomésticos, es recomendable elegir los que tienen una etiqueta energética de AAA o como mínimo A+ ya que tienen mayor eficiencia y consumen un 55% menos que cualquier electrodoméstico medio de las mismas características.
- El frigorífico, por ejemplo, consume más de un 30% de la energía total de los hogares, por eso es importante intentar ahorrar en pequeñas cosas como evitar la formación de escarcha, evitar abrir la puerta repetidamente, limpiar la parte trasera una vez al año o no meter alimentos excesivamente calientes ya que esto aumenta el “esfuerzo” que tiene que hacer el frigorífico para enfriar y esto conlleva un mayor consumo.
- La televisión es el segundo electrodoméstico que más consume seguido muy de cerca por la lavadora, llegando ambos a unos porcentajes de consumo de energía de entorno al 12%. Un consumo excesivo en estos casos se puede evitar si no dejamos la tele apagada con el botón de “stand by “ (en cuyo caso consumiría tanta energía apagada como un ordenador a pleno rendimiento) o aprovechar el máximo de carga y programas de lavado en frío en caso de la lavadora.
Si hablamos de climatización, las recomendaciones más importantes serían las siguientes:
- Si utilizamos aire acondicionado, debemos mantener una temperatura de refrigeración de 26 ºC que podemos mantener gracias a termostatos de regulación de temperatura. Además cuando encendemos el aparato no debemos poner una temperatura más baja de lo normal ya que la casa no se enfriará más rápido y el enfriamiento podría resultar excesivo y por tanto, un gasto innecesario.
- Si queremos que el ahorro sea máximo, podemos sustituir el aire acondicionado por ventiladores, preferentemente de techo, ya que puede suponer un descenso de temperatura suficiente para mantener un adecuado confort y si además añadimos burletes adhesivos en puertas y ventanas se mejora el aislamiento y se puede reducir entre un 5 y un 10% la energía consumida.
La iluminación también es un factor a tener en cuenta a la hora de ahorrar, y el primer paso para lograrlo es sustituir las bombillas incandescentes por bombillas de bajo consumo ya que, para un mismo nivel de iluminación, ahorran hasta un 80% de energía y duran 8 veces más. Otras acciones como aprovechar la iluminación natural y utilizar colores claros en paredes y techos ayudarán también a un mayor aprovechamiento de los recursos.
Además de todo esto no podemos olvidar un recurso tan esencial como el agua, que también debemos aprender a gestionar. Para lograr un gasto menor de agua podemos seguir algunas de las siguientes pautas:
- Cerrar el grifo mientras te lavas los dientes y utilizar un vaso para aclarártelos, llenar el lavabo o el fregadero a la hora de afeitarte, lavarte la cara o fregar también contribuirán a un mayor ahorro de agua.
- Sustituir el baño diario por una ducha, con lo que consigues reducir mucho el consumo de agua.
- Si cierras un poco más la llave de paso del agua puede conseguir reducir el consumo unos litros sin apenas notar la diferencia de presión.
- Por último, una cosa tan sencilla como no usar el retrete a modo de papelera evitando tirar de la cadena en estas ocasiones innecesarias, conseguiría un gran ahorro de agua cada vez.
A todas estas recomendaciones les podemos añadir el desarrollo de nuevas tecnologías, que también pueden ayudar a un ahorro de energía y agua.