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Pobreza energética

Estamos en  invierno y el descenso de las temperaturas hace que la demanda de energía para calentar las viviendas se incremente. La actual situación de desempleo debido a la crisis económica, tiene como consecuencia, que muchas familias no puedan hacer frente a las facturas de la electricidad y el gas, y que se vean obligadas a pasar frío. El hecho de encender la calefacción, los electrodomésticos y la luz, será un acto que deberán controlar y medir si las tarifas eléctricas o de la energía en general sigue subiendo, ya que muchas familias destinarán una parte importante de sus ingresos el pago de las facturas energéticas de sus hogares, o bien directamente no las podrán pagar. A esto se le llama pobreza energética.

Pobreza energetica

¿que es la pobreza energética?

La pobreza energética es la incapacidad para hacer frente a las facturas de la energía necesaria para satisfacer las necesidades domésticas en un hogar.  Se dice que una familia o una vivienda está en situación de pobreza energética si destina una cantidad excesiva de sus ingresos a pagar las facturas de la luz y/o gas, o bien, no puede hacer frente a sus pagos.

Un estudio en Reino Unido en la década de los 90 la definió con números: la incapacidad para cubrir los servicios de energía necesarios en un hogar, destinando un 10% de los ingresos familiares al consumo de energía. Entre estos servicios de energía se encuentra la necesidad de mantener un temperatura adecuada en la vivienda en invierno (21ºC en la estancia más utilizada de la vivienda).

Aunque siempre se asocia la pobreza energética a la necesidad de calentar las viviendas en invierno, es necesario considerar también la necesidad de mantener una temperatura adecuada durante el verano, así como el uso de electrodomésticos, agua caliente, etc…

Las causas de la pobreza energética

Las causas directas de la pobreza energética en los hogares son:

  • El descenso de los ingresos o de la renta familiar por hogar.
  • El aumento del precio de la energía.
  • La baja eficiencia energética de las viviendas.

Una familia que habite en una vivienda poco eficiente debido a la mala calidad de su envolvente térmica (falta de aislamiento, mala calidad de las carpinterías y vidrios, alto nivel de infiltraciones de aire, etc…) tendrá que hacer frente a una demanda alta de calefacción y refrigeración, y por lo tanto necesitará consumir más energía para alcanzar unas condiciones de temperatura adecuadas.

¿cuales son las consecuencias de la pobreza energética?

La pobreza energética tiene efectos sobre las salud de las personas. Teniendo en cuenta los datos conocidos en cuanto a tasas de mortalidad adicional de invierno, se puede afirmar que unas 1.900 muertes al año pueden estar relacionadas con la pobreza energética (cifra similar a muertes por accidente de tráfico en la actualidad).

Una vivienda que no reúna las condiciones de temperatura y salubridad adecuadas, y que presenta patologías relacionadas con la presencia de moho y humedades, puede tener efectos negativos en la salud de quien la habita. La pobreza energética se relaciona con enfermedades físicas y mentales que afecta a los colectivos más vulnerables (ancianos mayores de 60 años y niños) y puede ser causa de aumento de la mortalidad en personas que padezcan enfermedades cardiovasculares y de las vías respiratorias.

Malas prácticas de determinada competencia

ContadoresCon la última reforma del Gobierno a finales de agosto, tras comprobar que los usuarios han reducido drásticamente el consumo de energía eléctrica, se decidió subir el precio del término de potencia, ya sabemos todos para qué.

También conocemos que las distribuidoras están sustituyendo el contador de energía tradicional por uno electrónico con ICP incorporado, ya que todos conocemos a varios usuarios que eso de tener ICP en el cuadro eléctrico como que no va mucho con ellos.

Por todo esto, tanto domésticos como PYMES se están dando cuenta de que sus instalaciones eléctricas están mal dimensionadas en términos de energía contratada, y que, tanto por exceso como por defecto, han estado tirando dinero a la basura a raudales durante muchos años.

Es por esto que en muchas subidas de potencia hay que emitir un boletín de baja tensión nuevo, responsabilizándose su autor de que la instalación eléctrica es segura y que cumple normativa vigente (REBT de 2002). Quiero denunciar desde aquí a determinados instaladores que hacen estos boletines ignorando las reformas que deba hacer el cliente, firmando y engañando hasta a su propio cliente para abaratar los presupuestos miserablemente, mientras estamos los que queremos hacer las cosas bien y que nuestro cliente pueda dormir tranquilo por las noches sabiendo que todo lo tiene en regla.
 

Hay que optimizar la tarifa

Bombilla euroTodos estamos preocupados por el consumo energético. Nos afecta al bolsillo y al resultado de cuentas de nuestros negocios. Ya sabemos que ha subido más de un 31% en los últimos 8 años. Que tenemos los precios más caros de la UE y encima arrastramos el famoso déficit de tarifa que ya está por encima de los 30.000 millones de euros.
¿Y qué podemos hacer? ojalá en Inelco lo supiéramos. Y no porque nos haríamos ricos con la solución perfecta, sino porque podríamos ayudar a muchas familias y empresas que lo están pasando muy mal.

En lo que podemos ayudar es a entender un poco más éste lio y ofrecer información clara, concisa y directa. ¿Cómo empezar? pues entendiendo nuestra factura eléctrica.
La factura eléctrica se divide en 4 partes:

  1. Termino de energía: el consumo y el precio del kwh
  2. Termino de potencia: la potencia contratada según las cosas que podemos conectar al mismo tiempo.
  3. Impuestos: peajes, Tarifa de acceso a la red, primas a diferentes fuentes, etc.
  4. IVA: el que ya conocemos y que es del 21%.

La optimización tarifaria (mejorar nuestra tarifa, sin que ello signifique que seamos más eficientes energéticamente) sólo se puede realizar en dos puntos: el término de energía y el término de potencia. Sobre la energía es importante saber el precio que se aplica a cada Kwh consumido. Aquí tenemos un pequeño margen de negociación, sobre todo en las tarifas no acogidas por la tarifa de último recurso-TUR- (superiores a 15kw contratados).
Sobre la potencia contratada es común encontrarnos casos en que se realizó en su momento un proyecto eléctrico considerando todo lo “posible” a enchufar y después la realidad ha sido bien distinta, o bien que en su momento se hizo un aumento de potencia gracias a la época de “vacas gordas” y que ahora los negocios están a medio gas y siguen pagando esa garantía de potencia contratada cuando no se necesita. La única manera de saber si la potencia contratada es la correcta es con un medidor energético y ver la lectura que aparece cuando conectamos todo al mismo tiempo. El valor que salga es la potencia máxima necesaria sin que salte nuestro interruptor de control de potencia (ICP) cada dos por tres.
En los casos en que tengamos un maxímetro (potencias superiores a 15Kw y de baja tensión) esto es más fácil ya que el contador-maxímetro recoge la potencia máxima consumida en cada quartohorario de cada hora del día. En la factura mensual aparece la lectura de la potencia máxima consumida en ese mes. Si resulta que es muy inferior a la contratada, aquí tenemos una vía de optimización tarifaria. Sólo decir que cada KW contratado de más nos cuesta 40 euros/KW/ año.

Sobre los impuestos pues no podemos hacer nada. Ahí están y grandes debates ya hay sobre si son elevados, son provocados por las renovables o por las primas al carbón, a la energía producida en las islas o por si el coste de mantenimiento de las líneas de distribución es equitativa al servicio que ofrecen. Lo que sí que es cierto y que es importante es que si consumimos menos energía, también nos ahorramos una parte de estos impuestos. De forma diferida, ser más eficientes energéticamente también reporta ahorros económicos directos en nuestra factura.

Y el famoso IVA. Tampoco vamos a hablar si debería ser reducido al aplicarse a un bien básico como es la energía, un derecho fundamental de los ciudadanos. Lo que sorprende es que se aplique sobre el término de energía, de potencia y … ¡sobre el resto de impuestos!!
Así que renegociar nuestra factura eléctrica puede suponer grandes ahorros. Pero los más importante, reducir el consumo energético es la apuesta más acertada para ahorrar en nuestra factura.
Todo empieza por saber cómo y dónde se consume la energía, y saber quiénes son los “ladrones de la energía” en nuestras casas y negocios.