Los parámetros fundamentales que determinan un suministro de energía eléctrica son: la tensión de alimentación (U) y la corriente (I).
El correcto suministro de la tensión (U) y la capacidad de entregar a los usuarios la energía eléctrica necesaria en un determinado momento, depende de las compañías suministradoras encargadas de distribuir la energía eléctrica.
En España, la tensión se suministra a 400 voltios(V) en un sistema trifásico con una frecuencia de 50 Hz, considerando esta tensión como baja hasta el valor de 1000 V. A partir de los 1000 V y hasta los 25 kilovoltios (kV) se considera media tensión, la cual depende de las zonas y de las compañías suministradoras. Por último, desde los 25 kV se considera alta tensión y es utilizada, principalmente, para transportar la energía eléctrica a grandes distancias.
En la actualidad, se deben unificar los conceptos de CALIDAD (correcto suministro de energía) y de EFICIENCIA DE LA ENERGÍA ELÉCTRICA (obtener el máximo rendimiento de la misma). Por esta razón, hay que optimizar al máximo la energía consumida, así como su transporte y utilización, garantizando el correcto funcionamiento de los equipos eléctricos en las instalaciones.
Un aspecto fundamental de la calidad y de la eficiencia energética, consiste en generar y transportar el máximo de energía activa que produce trabajo útil procurando compensar las cargas de energía fluctuante y no productivas, como la energía reactiva, así como la energía de distorsión que generan algunos equipos eléctricos con componentes no lineales: reactancias electrónicas no filtradas, variadores de velocidad, rectificadores y arrancadores electrónicos entre otros muchos.
- Sobretensión
- Interrupción de alimentación
- Microcortes de tensión
- Fluntuación de tensión
- Parpadeo (Flicker)
- Huecos de tensión