Cierre de las nucleares, eliminación progresiva de la dependencia de los combustibles fósiles y un escenario casi 100% renovable en 2050 es la ambiciosa propuesta que el gobierno alemán de Angela Merkel ha aprobado para girar 180 grados la política energética del país. Aseguran que un mix renovable ya es posible para abastecerse de electricidad. Una revolución está en marcha.
Alemania se ha propuesto demostrar que su sistema energético puede cambiar de apostar por la energía nuclear y de origen fósil por una de energías renovables y de eficiencia. Por eso, acaba de aprobar una reforma de ley que cerrará todas las centrales nucleares del país en 2022 y pretende llegar al 80% la cuota de energías renovables en 2050.
Energiewende, el giro energético
Tras la catástrofe nuclear de Fukushima en marzo de 2011, Merkel ha decidido desconectar todas las centrales nucleares en 2022, pero no ha sido la única razón. Se basa en la experiencia de los últimos veinte años, cuando las energías renovables maduraron muy rápido, se hicieron más confiables y mucho más baratas de lo esperado.
La participación de la electricidad renovable en Alemania ha pasado del 6% al 25% en tan sólo diez años. En días soleados y con viento, los paneles solares y las turbinas eólicas, pueden suministrar hasta la mitad de la demanda de electricidad del país, algo que nadie esperaba hace algunos años y se estima que Alemania podría superar estas cotas, obteniendo más del 40% de su energía de renovables para 2020.
En la nueva ley, Energiewende, la primera potencia europea pretende aumentar la cuota de energías renovables del 25% actual al 80% en 2050.
Recortes en las ayudas
La decisión ha coincidido con un acuerdo con la Comisión Europea que puso fin a una larga disputa por los favores que Alemania estaba otorgando a su industria para evitar que se vea perjudicada por el cambio de modelo energético, es decir, que en el pasado la Ley de Energías Renovables (EEG) otorgaba grandes subsidios a fuentes como la eólica, la solar o la biomasa. Una medida que se había trasladado a la factura de la electricidad y que disparó el costo pagado por los contribuyentes.
Con la nueva ley Energiewende se reorganiza y recorta parte de las ayudas a las renovables para controlar el aumento del costo eléctrico, pero tal y como aseguraba Carolina Probst, consejera de Agricultura y Medio Ambiente de la Embajada de Alemania en la jornada “El liderazgo energético de Europa 2030” del pasado abril, “a diferencia de España, estos ajustes no se hacen con carácter retroactivo”.
Mayor empleo en energía verde
Alemania mantendrá las concesiones a industrias con uso intensivo de energía para mantener los puestos de trabajo en el sector. A la fecha, más de 380.000 trabajadores alemanes trabajan en el sector de la energía renovable; muchos más en comparación con los que trabajan en el sector energético convencional.
Estos puestos de trabajo ya han ayudado a Alemania a transitar por la crisis económica y financiera en mucho mejores condiciones que otros países, con lo que se ha demostrado que las renovables crean más empleos que la energía convencional.
200.000 millones de inversión
Por otro lado, los beneficios económicos de la transición ya sobrepasan los costos adicionales que ha tenido este empeño por cambiar de vía. El cambio a una economía altamente eficiente y de energía renovable requerirá inversiones a gran escala, por encima de los 200.000 millones de euros, pero al reemplazar las importaciones de energía con energías renovables, la balanza del comercio alemán se mejorará y su seguridad energética se fortalecerá.
De hecho, en 2012, la energía eólica y solar permitieron reducir los precios de la energía al por mayor en más de 10%. Electricidad más barata significa gastos reducidos para las empresas. Las industrias del acero, el vidrio y el cemento se benefician de los precios bajos de la energía.