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El precio de la electricidad provoca una ola de cierres industriales

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Alcoa anunció este miércoles el cierre de dos de sus tres fábricas en España, la de Avilés y la de La Coruña, argumentando, sobre todo, los altos precios energéticos; Cemex anunció el martes la clausura de otras dos fábricas -en Almería y Baleares- por la regulación europea del CO2, directamente ligada a la energía; Arcelor ha paralizado una línea de galvanizado en Asturias; hay problemas en la gallega Hércules de Armamento y en Coopbox en Murcia; y Ford no ha garantizado la continuidad de su fábrica en Almussafes.

Patronales y sindicatos coinciden en que la industria pesada difícilmente puede soportar el encarecimiento de la electricidad, que está en máximos de 10 años. A ello se suma la incertidumbre política por la inestabilidad del Gobierno y el previsible aumento de otras partidas, como las laborales.

Paralelamente, la transición energética conlleva el abandono progresivo del carbón -el Gobierno y los sindicatos han pactado el fin de las explotaciones mineras en 2027-, y la clausura de las centrales que lo consumen -en manos de Endesa, Iberdrola y Naturgy-, pero no termina de despegar la industria renovable, que también tiene dos ejemplos recientes de cierres fabriles con las instalaciones de Vestas en León y de Gamesa en Miranda de Ebro.

La industria representa alrededor del 16% del PIB. Durante el año pasado, según el INE, creció un 3,6%, por encima de la economía, pero en lo que va de 2018 se está ralentizando: el indicador de agosto del Índice de Producción Industrial, revela que la tasa anual ya está en el 1,2%.

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Hay elementos globales que influyen en ese deterioro, como la escalada del petróleo, en los 80 dólares por barril, o la fortaleza del euro respecto al dólar, que perjudica las exportaciones. Pero también hay elementos propios de la industria nacional, que se comporta como un proveedor de bienes intermedios, empleados para fabricar algo en otro lugar, dentro de cadenas globales de producción que dejan la mayoría del valor añadido y la rentabilidad en el extranjero.

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A eso se añade el problema de la industria electrointensiva. Estas compañías están integradas en la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), cuyos socios consumen el 11% de la electricidad del país y sostienen 186.000 empleos. La entidad denuncia el diferencial de precios con su competencia europea: durante 2017, han soportado un sobrecoste de 450 millones respecto a Alemania, y eso que el mercado estaba un 10% más barato que este 2018. Su director, Fernando Soto, recuerda que los Presupuestos del Estado incluyen 150 millones de euros en ayudas para ellos que no se han repartido y que la retribución por las interrumpibilidad eléctrica ha bajado un 40%. Cree que las deslocalizaciones, como la de Alcoa, pueden «extenderse entre siderúrgicas y metalúrgicas».

José Manuel de la Uz, responsable de CCOO en Alcoa, coincide punto por punto con Soto, pero es mucho más duro: «La única diferencia de nuestras plantas con otras del Grupo es el precio de la energía». Y carga contra el Gobierno, aludiendo al acuerdo para cerrar la minería del carbón y su previsible incidencia al alza en los precios de la electricidad.

El Gobierno niega la mayor

El Ministerio de Industria, en un comunicado de prensa, ha mostrado su «sorpresa» y su «preocupación» por el anuncio de Alcoa, apuntando que durante los contactos de los últimos tres meses la multinacional norteamericana no había avisado de que podría adoptar la decisión. Por su parte, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha calificado de «una excusa y una cortina de humo» que la empresa aluda al precio de la electricidad. Y ha añadido que, a raíz de lo sucedido, la subasta de interrumpibilidad podría revisarse y retrasarse.

Los cierres de Alcoa dejan a 686 trabajadores directos en la calle. En toda España, según los datos de la Seguridad Social, alrededor de un 15% de los asalariados del país, unos 2,5 millones, dependen directamente de la industria. Más del doble de empleos indirectos dependen de ellos.

Fuente: https://www.eleconomista.es/

Los engañosos «ahorradores de energía»

Este tipo de equipos los hay desde muy pequeñitos y económicos, hasta muy grandes y caros. El principal problema es que usan argumentos que dan muy bien el «pego»: que si sobretensiones transitorias, que si capacitores, que si sólo se consumirá lo requerido,que si transformadores en zig-zag,etc…La cruda realidad es que se dan cifras de ahorro absolutamente desproporcionadas, incluso falsas, y frases comerciales que son pura verborrea.

Los «pequeñajos» e inservibles «aparetejos milagrosos»

Empecemos por esos «chismitos pequeñajos» y de bajo coste ( no suelen superar los 20€) que se anuncian por Internet especialmente y que anuncian cosas como: «ahorro en la factura», «ahorros entre el 25% y 30%»… Bueno, pues estos equipos son absolutamente inútiles para ahorrar. La OCU lo ha denunciado, pero, lo cierto es que siguen vendiéndose y defraudando a confiados compradores. En su interior no suele haber más que unas piezas para encender el pilotito, y poco más que sirva para nada, es decir no solo no ahorran sino que consume con su pilotito.

No obstante al ser de esos equipos que se instalan simplemente enchufándolos, si se rompen no pasa nada, o como máximo, pueden hacer saltar uno de nuestros automáticos de la vivienda. Seguramente donde más nos llegue a afectar será en lo del bolsillo y en nuestro amor propio.

Resumidamente aparatos o equipos que con solo enchufarlos prometen ahorros en la factura eléctrica los hay por doquier y suelen ser simples «bulos», «fraudes», y hasta «ilegalidades».

Hay bastantes videos y documentos que pretenden demostrar que sí ahorran, en realidad, son «trucos» al más puro estilo trilero, o medias verdades que son finalmente mentira entera. Algunos incluso han destripado varias marcas y modelos y demuestran que en su interior hay un misero y pequeño condensador, que es el que hace que al medir la intensidad se vea claramente cómo disminuye al conectar el equipo, lamentablemente esta intensidad que se mide (la intensidad aparente), no es la que pagamos, pagamos su componente «activa» que no queda afectada por el famoso condensador.

Es como si te pretendieran demostrar que a una botella le cabe menos agua, si la llenas con un grifo que chorra poco, que si la llenas con uno que chorra mucho.

Para que no quepa duda:

«Este tipo de aparatos no reducen absolutamente el importe de nuestra factura eléctrica NUNCA, y son un puro y simple fraude»

Los fantásticos «acondicionadores de red»

Otro tipo de «verdad a medias» son los equipos que sirven, y mucho, incluso que para determinados usos o aplicaciones casi son imprescindibles, pero que se pretenden vender a base de ensalzar sus cualidades como «ahorrador energético». Y es que los vendedores saben que la palabra «ahorro», vende, y la ponen ya a todo.

Bajo el nombre de «acondicionadores de red», algunos, meten casi de todo: «equilibradores de tensión», «estabilizadores de tensión», «supresores de transitorios», «supresores de armónicos»,…

Vaya por delante, que yo siempre he pensado que los armónicos es a la electricidad lo que los virus a la informática: cuando no se sabe algo, siempre se llevan la culpa y los técnicos quedan de lo más a gusto con ello. Algo parecido puede pasar con toda la verborrea técnica que cualquiera puede emplear, para que no se entienda nada de lo que dice.

Estos equipos, tanto por su tamaño como por su precio, están claramente destinados al sector industrial y/o terciario con facturas de electricidad mensuales importantes y suministros normalmente trifásicos.

Por otra parte, ,estos equipos se instalan en serie con nuestro suministro, por lo que su rotura o avería puede dejarnos sin servicio hasta hacer un «bypas», y en definitiva siempre suponen una limitación adicional para nuestra instalación, y un elemento más, susceptible de avería.

Los «armónicos», los virus eléctricos

Empecemos con estos «virus de la luz». A nuestros efectos baste con saber que los armónicos son «elementos» indeseables e innecesarios que desvirtúan la «calidad» de la electricidad. Dicho así, a todas luces sería deseable no tenerlos circulando por nuestros cables. Es cierto que producen «cierto incremento de consumo» de energía activa ( los famosos KWh – kilovatios-hora), pero pretender amortizar estos equipos con el ahorro en KWh que se obtiene puede ser algo así como invertir en misiles para matar mosquitos.

Es cierto que, en determinadas instalaciones, los armónicos pueden hacer verdaderos destrozos, o suponer costes de dimensionado excesivos, que entonces, sí justifican la inversión para eliminarlos, y de paso igual se ahorran unos poquitos KWh.

El equilibrado de tensiones no nos supone ningún coste en la factura eléctrica.

Algún escrupuloso técnico puede hasta enfadarse al leer esto, pero «generalizando» es lo que hay. Tener un suministros trifásicos con las tensiones y/o las cargas(intensidades) perfectamente equilibradas, es algo técnicamente deseable, técnicamente ideal, y puede librarnos de algunos dolores de cabeza en algunos receptores o sistemas, pero de todo punto irrelevante para el ahorro de KWh, y nuestra factura eléctrica.

Los reductores/estabilizadores de tensión, tan fácil, como que si apagas la luz, ahorras.

Un símil que creo que todos entenderemos sería: para ahorrar agua reduzcamos la presión (antes hablaba del caudal con un grifo que chorrase más o menos, ahora pretendo ahorrar agua reduciendo la presión). Y sí, es cierto que con el agua es un buen sistema de ahorro, ya que suele primar el tiempo que tenemos el grifo abierto desperdiciando agua, y no andamos midiendo cuanto litros necesitamos para lavarnos las manos, pero en cambio, el agua que usamos para cocinar siempre será la misma independientemente de la presión del grifo, incluso tendremos problemas si utilizábamos la presión del agua para regar con aspersores a gran distancia y decidimos reducir la presión para ahorrar.

Con la luz la cantidad de agua son lo KWh, es decir, la energía que utilizamos, y la tensión viene a ser la presión del agua.Y al igual que con el agua según sea el tipo de receptor que la consume podrá ser ahorro, o no , o incluso «limitar» la «presión» un problema, según el receptor de que se trate.

Un bonito ajuste de picos de tensión con un condensador

El argumento principal que se esgrime aquí suele ser que llegan tensiones elevadas e innecesarias que se convierten en consumos innecesarios, ya que todo está calculado para la tensión nominal normalizada. Un poco de razón sí hay en esto, pero de ahí a pretender que esas «fluctuaciones» supongan ahorros más allá del 2% (siendo benévolos) va un trecho.

Lo cierto es que esta técnica de reducir la tensión viene de la aplicación típica para los alumbrados públicos, y a los equipos se les llama «reductores de flujo» (flujo luminoso, se entiende, es decir, cantidad de luz), y que evoluciones electrónicas sucesivas han llevado, no solo a reducir la tensión para controlar la cantidad de luz que deseamos en cada momento, sino a estabilizarla para tener una mayor vida de las lámparas, y de paso corregir la reactiva para evitar dicho recargo. Pero pretender que este mismo principio sea aplicable a todo tipo de instalaciones es problemático.

Muy resumidamente los estabilizadores/reductores de tensión afectan del siguiente modo según el tipo de receptor:

  • A casi todo lo que es calefacción, y frío (incluso a algún tipo de por inducción) si bajas el voltaje, tardarás más en calentarlo o enfriarlo, por lo que si controlas la temperatura no conseguirás ahorrar nada, o casi nada. No obstante está claro, si lo que controlas es el tiempo que lo tienes encendido, a igual tiempo habrás conseguido menos energía si reduces el voltaje.
  • A Los equipos electrónicos como ordenadores, tv,..les da igual que reduzcas el voltaje, ya que su sistema específico de alimentación se regulan la luz tal como la necesitan con amplios margenes de variación de la entrada que les llegue. (Como ejemplo, algunos cargadores que tanto funcionan conectándolos a 110V, como a 230V)
  • A la iluminación de tipo incandescente y halógena, efectivamente, les va muy bien (evitarás que se fundan tanto) y encima es el tipo de iluminación que más permite ahorrar estabilizando la tensión, tal como he comentado anteriormente. ¿cuanto? pues un poco menos del doble del porcentaje que hayas bajado la tensión. Por ejemplo si has bajado de 235V a 230V, es un 2,13%, y ahorrarás un 4,21%, como ves un pelín menos del doble. Un poco más complejo es calcularlo en iluminación fluorescente con reactancias no electrónicas, y estamos en las mismas que los equipos electrónicos si ya tenemos iluminación a led.
  • A los motores, reducirles la tensión suele no convenirles, incluso puede ocasionar que no lleguen a trabajar como estábamos acostumbrados a verlo, por limitaciones colaterales de los propios equipos reductores de tensión.

La reactiva «sí se paga» y mucho, por culpa del factor de potencia.

Compensar la reactiva es realmente rentable. Por antonomasia los equipos más eficientes y económicos para eliminarla son los condensadores, pero algunos equipos mucho más caros y pensados para otras cosas también la compensan (los variadores de frecuencia, los filtros en zig-zag, los SAI,…) pero no es su principal cometido, y sólo para eso resulta como lo de los filtros de armónicos para ahorrar luz que antes he mencionado.

La reactiva ( que se mide en KVArh – Kilovoltampers-reactivos-hora), para lo que nos viene al caso, es otra cosa que como los armónicos no sería deseable tener, sólo que en este caso, puede además estar costándonos mucho dinero. Algunos se refieren al tema como «factor de potencia» pero como pretendo que se me entienda, antes que sentar cátedra, prefiero llamarlo sólo «reactiva», que es como se le suele conocer al cargo que afecta aún muchas facturas.

Este «tipo» de energía, de momento, se la trae al pairo a los consumidores domésticos y pequeños locales, ya que sólo se paga a partir de potencias contratadas de 15KW. Digo «de momento» porque los nuevos contadores inteligentes la registran, y posiblemente alguien piense algún día, que sería bueno cobrarla también. A partir de 15 KW de potencia contratada, se penaliza y puede llegar a suponer costes importantes. Por suerte los equipos de compensación automática a base de condensadores (no como los de los «aparatejos» del principio, sino condensadores de potencia de potencia mucho mayores) se amortizan con el ahorro conseguido en cuestión de meses.

Aquí sería rotundo, y te diría, que si en tus facturas eléctricas aparece pago por reactiva, tienes que compensarla.

En la compensación de reactiva, puede complicarnos técnicamente la cuestión, si no tenemos cargas equilibradas, o si tenemos armónicos. Problemas técnicos que puede suponernos averías inesperadas en estos equipos, o sea un gasto adicional en reparaciones, o incluso que no se llegue a compensar bien. Pero como he dicho es un problema técnico, y por lo tanto que cada palo aguante su vela: el técnico deberá aplicar las soluciones técnicas que corresponda y que están disponibles para todo este tipo de problemas.

Resumen

El ahorro de energía consumida hay formas muy concretas y fiables de conseguirlo:

  1. Evitando perdidas de tipo electrodinámicas (por calentamientos principalmente) en nuestras instalaciones. Esto no supera nunca el 2%, y no suele ser rentable acometer acciones para mejorar el valor.
  2. Evitando consumos innecesarios de nuestros equipos. Aquí, si quitamos el factor humano que realmente sí puede suponer ahorros muy importantes (dejarse luces encendidas,o encender demasiadas, el calefactor a tope, los cargadores conectados, o equipos en standby,etc..). el factor técnico sólo podría mejorarse con equipos con una clasificación energética óptima. Armónicos, picos, sobretensiones, etc… no son, ni de lejos, un factor de ahorro significativo en sí. La reducción de tensión es un método de «control», más que de ahorro, ya que el «ahorro energético» que obtienen los reductores de tensión son una disminución de la energía que obtenemos, ya sea luz, calor,o frío…
  3. Utilizando sistemas de control y limitación de consumos: Un maravilloso campo que abarcaría desde el control y supervisión de la climatización, iluminación, arranque y funcionamiento de motores, etc… hasta la automatización de procesos que evite derroches (detectores de presencia para apagar luces, temporizadores, y todos los sistemas inmóticos imaginables, etc..)

El ahorro por los posibles cargos en su factura por reactiva, son muy rentables, y sólo hay una condición: que se le este cobrando algo por este concepto en su factura eléctrica, si no le aparece el cargo en la factura, no ahorrará nada poniendo un equipo de compensación..

Los últimos equipos y sistemas nombrados en absoluto son un fraude en sí, sirven para otros menesteres e incluso son imprescindibles para ciertas instalaciones, pero no deben ser tomados como equipos ahorradores. Mi consejo es que acuda siempre a profesionales contrastados y a los que pueda exigir las debidas garantías y responsabilidades. En APEME somos unos cuantos los especializados en estos temas y le invitamos a que nos ponga a prueba.

La vela interior no se suministra…

Para aquellos más técnicos e interesados les recomiendo echarle un vistazo al Informe del responsable del Grupo de Electrónica Industrial de Terrassa-TIEG del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Politécnica de Cataluña, D. Josep Balcells Sendra, «sobre ahorradores de energía, vers 1.0 , Enero 2013»

Y por último, para que nadie me pueda acusar de «fraude» con la propuesta de la imagen de cabecera, os adjunto la imagen de funcionamiento del ENERCALABATZEN,… ;-))

Autor:  Antonio Escortell 
Fuente: enapeme.es

Bájate la potencia y rebaja tu factura

Factura

Se habla mucho de cuánto ha subido la luz en los últimos años pero muchos hogares aún no saben que pueden beneficiarse de cierto ahorro con una simple llamada. Hace más de dos años que 18 organizaciones de consumidores, ecologistas y plataformas ciudadanas recomendaban bajarse la potencia contratada, y aunque ha surtido cierto efecto, según la CNMC, hay que saber cómo hacerlo bien.

Antes de todo hay que saber qué es la potencia contratada, cuál es la que tienes contratada y dónde puedes verlo en tu factura de la luz pero recuerda que lo lógico es que cuánto más grande sea una casa y haya más electrodomésticos, más electricidad se necesitará.

La potencia contratada es la potencia máxima que puedes conectar de manera simultánea en tu casa (empresa, industria…), es decir, hasta cuántos aparatos electrodomésticos puedes conectar a la vez. Y si te preguntas cuánta potencia necesitas, debes hacerte otras: ¿alguna vez has tenido la obligación de conectarlos todos al mismo tiempo? ¿te saltan los plomos? ¿qué estás utilizando en ese momento? Lo mejor que puedes hacer es calcularlo.

¿Cómo saber cuánta potencia tienes contratada?

Tanto en el contrato como en cualquier factura de electricidad aparece la potencia que tenemos contratada en kW. Aparece en la parte superior de las facturas, en el cómputo de lo que vas a pagar, junto a energía consumida y el impuesto sobre electricidad. La mayor parte de los hogares españoles cuentan con una potencia de entre 3,45kw y 5,75 kw.

Un aspecto que no conoce demasiada gente es que por cada kW que se reduzca en la potencia contratada se ahorran casi 36 euros de factura anual. Si el exceso de contratación fuera de 2kW se llegaría casi a los 80 euros menos anuales.

“En muchos casos, se está contratando hasta 5 veces más potencia de la que realmente se necesita”. En esos casos, el ahorro podría llegar hasta los 300 euros anuales.

Cómo bajar la potencia

Si consideras que tienes contratada más potencia de la que necesitas, debes llamar a tu compañía comercializadora para que te la reduzca. Como existen unos tramos de potencia estandarizados, a no ser que tengas una potencia excesivamente alta, con que te bajes un tramo podría ser suficiente.

tramos potencia contratada

Según la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético si una familia tipo se reduce un tramo la potencia eléctrica contratada en su hogar, podría ahorrarse hasta 52 euros al año en la factura de la luz. Según Julio Barea, responsable de Energía de Greenpeace, “en muchos casos, se está contratando hasta 5 veces más potencia de la que realmente se necesita”. En esos casos, el ahorro podría llegar hasta los 300 euros anuales.

La empresa comercializadora tiene 5 días (desde que lo pides) para que entre en vigor la nueva potencia contratada. Si en 5 días no se ha tramitado la solicitud, la compañía deberá compensarte con 30 euros. Al bajar la potencia el distribuidor le cambiará el ICP para adecuarlo a la nueva potencia. Esta gestión te costará 9,044760€ + IVA.

Pero ¡cuidado! Si reduces en exceso la tarifa, las compañías eléctricas te pueden cobrar hasta 300 euros por la vuelta atrás.

Soria aspira a bajar de nuevo la luz

Soria aspira a bajar de nuevo la luz antes de las elecciones si el superávit del sistema eléctrico lo permite

soria

El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, no ha descartado una nueva bajada de la luz, a través de la parte regulada, en la revisión de diciembre si el superávit final del sistema eléctrico lo permite. “No sabemos cuál va a ser el superávit en el sistema eléctrico para este año 2015, pero si pudiéramos tener una estimación que nos permitiera bajar la parte regulada y que se tradujera en la factura, lógicamente lo haríamos“, dijo Soria.

El propio ministro de Industria estimó en octubre que el sistema eléctrico cerraría con un superávit de más de 300 millones de euros en el año 2014, mientras que en 2015 el saldo positivo superará los 500 millones de euros. Estas cifras del superávit para el sector eléctrico para el ejercicio 2014 está pendiente de la liquidación definitiva, que se conocerá este mes de noviembre. Lo cierto es que la ley del sector eléctrico obliga a destinar el superávit del sistema eléctrico a la amortización del déficit de tarifa acumulado, aunque fuentes del sector señalan algunos “mecanismos” para poder destinar ese dinero a bajar los peajes sin incumplir la ley.

De hecho, el Gobierno ya aprobó este año una bajada en la factura de la luz del 2,2%, que entró en vigor en agosto y que se aplicará hasta finales de diciembre, tras recortar en un 4% la parte del recibo dedicada a sufragar los costes regulados, conocidos como peajes y que suponen alrededor del 40% de la factura. Esta bajada de peajes se aplicó al existir un remanente en el escenario de costes del sistema eléctrico de 2015 de 250 millones de euros, procedentes de una partida que no se ha utilizado de pagos por capacidad, para centrales termoeléctricas que respaldan a las renovables.

Por otra parte, el titular de Industria defendió que a lo largo de esta legislatura se ha logrado encauzar el problema del déficit de tarifa y que “ya es buena noticia” que ahora se hable de “si el superávit va a ser de un tipo o de otro” mientras que antes sólo hablaban de cómo afrontar el déficit. Asimismo, subrayó que el recibo de la luz “bajó en los años 2013 y 2014″, aunque señaló que la percepción de que la factura de la electricidad en España es de las más altas de Europa es “real” debido al incremento que registró desde 2004 hasta 2012.

“Una familia media pagaba unos 30 euros mensuales en 2004 por la factura de la luz. En 2012 esos 30 euros habían pasado a 60 euros y desde entonces esos 60 euros han bajado a 58 o 57 euros. Según Soria, “la referencia que tenemos es la de los 30 euros que costaba antes, por lo que la percepción de que la factura de la electricidad en España es de las más altas de Europa es una percepción real porque ciertamente es así. La buena noticia es que por primera vez en los últimos diez años ha empezado a disminuir”. “Este año muy probablemente tendrá una tendencia muy similar a la del año anterior”, pronosticó.

El titular de Industria también afirmó que suele pagar unos 200 euros en el recibo de la luz en los meses de invierno y explicó que no tiene un contrato de venta del pequeño consumidor, sino uno bilateral, una modalidad con la que cuentan aproximadamente el 40% de los consumidores. En esta línea, apuntó que “el precio unitario del kilovatio” cuesta menos ahora que cuando él llegó al Ministerio de Industria. El ministro también ha defendido el real decreto sobre autoconsumo aprobado por el Gobierno y subrayó que con la nueva normativa no solamente no existe “eso que se llama impuesto al sol“, sino que “se elimina“.  “Todos los demás están absolutamente equivocados”, ha dicho.

Fuente: energiadiario.com

LA GUERRA DEL CONTRATO DE LUZ DOMESTICO

El proceso ha sido largo, había que adecuar los sistemas informáticos de las compañías, y va a convivir unos años con el anterior sistema (consumo horario tipo) para aquellos clientes que aún no tengan un contador inteligente totalmente operativo.

Desde que nuestro gobierno decidió dejar de «perder dinero» con la luz de los pequeños consumidores, a los cuales se impuso proteger de la vorágine que es el libre mercado de los contratos de luz, a nivel de usuarios no cesamos en nuestro asombro y si cabe mayor desconcierto, que si TUR, que si PVPC, que si los contadores inteligentes,… y paralelamente las comercializadoras de luz bregando por captar nuestro contrato y llenándonos de un nuevo montón de modalidades de contratos con nombres muy sugerente..

Pues a ver si logro aclarar algo:

CONTRATO PVPC

Nuestro gobierno sigue manteniendo una modalidad de contrato que llamo «refugio» el cual tiene escrupulosamente regulado y que «en principio» impide cualquier abuso: tiene una retribución acotada para la comercializadora, no ofrece servicios adicionales, ni está sujeto a competencia entre las compañías que lo pueden formalizar: los precios son idénticos en todas las comercializadoras de referencia, es más, el cliente puede cambiar de una a otra sin más.

Empezó llamándose TUR (Tarifa de Último Recurso), ahora es PVPC (Precio Venta Pequeño Consumidor), el cambio semántico conllevó adaptaciones precisamente al «contador inteligente», y se pasó de los precios trimestrales, a los precio/hora, pero sigue siendo un modo de facturación con una aplicación de precios regulado y controlado por nuestro Gobierno.

¿COMO SABER SI TENGO UN CONTRATO PVPC?

Este tipo de contrato sólo lo pueden formalizar (me gustaría poder poner «ofrecer», pero la verdad es que «nadie» parece interesado en ofrecerlo ¿?) las comercializadoras más importantes del país y que a su vez explotan en régimen de «monopolios territoriales» las redes de distribución eléctrica, las llamadas comercializadoras de referencia. Por si la confusión aún es poca resulta que tu factura de IBERDROLA, ENDESA, GAS NATURAL FENOSA, E-ON, o HC ENERGÍA EDP, puede parecerte que corresponde a «contrato refugio», o puede que no ya que todas estas grandes empresas tienen además una comercializadora «normal» que ofrece contratos comerciales … la diferencia la encontrarás en la letra pequeña: debes fijarte en la razón social de la empresa y verificar que se trata de uno de los nombres de las Comercializadoras de Referencia oficiales y no la filial de libre mercado. El logo, colores, formato, etc pueden ser similares cuando en realidad se trata de empresas distintas (una vez más creo que nadie está interesado en ofrecernos este tipo de contrato)

EL CONTRATO PVPC A PRECIO FIJO ANUAL NO ES COMPETITIVO

Hay una modalidad a la que también obligo nuestro gobierno a las comercializadoras de referencia para que ofrecieran una alternativa de «precio fijo anual» con la particularidad de que este precio ya no lo fijaría el gobierno, sino que lo fijaría libremente cada compañía con la única condición de que no incluye otros productos y presentase una visión homogénea para poder ser comparados. Lamentablemente estas compañías, haciendo sus números, resulta que están ofreciendo un precio fijo anual más caro que el que ofrecen las comercializadoras normales. Puedes ver los precios ofertados aquí (aparecen con el nombre de «Oferta a precio fijo de comercializador de referencia»). Es bastante lógico que esto sea así, ya que en términos absolutamente económicos evaluar el riesgo de un precio fijo cada cual puede aplicar los margenes de seguridad que considere y más si no le reporta ningún beneficio, como pueda ser vender otros servicios, o defender su propio producto especial para tener clientes propios.

EL LIBRE MERCADO LO TIENE COMPLICADO

La tensión entre las eléctricas y nuestro gobierno porque desaparezca el «contrato refugio» ha derramado verdaderos chorros de tinta. Por un lado el Gobierno no se atreve a desairar a tan importantes empresas, por otro un 33% (aproximadamente) de lo que pagamos por la luz va a los presupuestos del estado, y por último teme el abuso que estas empresas puedan ejercer sobre los pequeños consumidores, y que todo esto genere una alarma social que le obligase a remiendos caros y desagradables. Y la verdad es que no le faltan motivos para ello a la vista de las diferentes denuncias anti competencia que acumulan las eléctricas.

Esto es un poco como lo que está pasando con nuestra telefonía móvil, o el fijo y/o ADL contratado en nuestra casa: auí de repente deja de ser Telefónica Española y todos estamos en el libre mercado… igual por eso tenemos las líneas y minutos entre los más caros del mundo. Pero por suerte o desgracia, el teléfono «no era» tan necesario como la electricidad, y tal vez por eso no preocupó tanto.

El margen comercial fijado para la tarifa PVPC viene siendo desde julio de 2009, 4€/KW contratado/año: esto supone que para un cliente con 5KW contratados, la comercializadora de referencia tiene un beneficio de 20€/año. Con ese importe debe hacerse cargo de la atención, facturación y cobro a los clientes, más los procesos asociados a la actividad.

En este contexto a las comercializadoras de libre mercado sólo les queda ofrecer servicios y valores añadidos que puedan compensar un precio mayor: que si servicio de urgencias, que si seguros, etc… incluso ofertas temporales para captar a clientes con la esperanza de retenerlos con sus habilidades comerciales. Ya sabemos que no solemos comprar económicamente sino emocionalmente…

Y ¿QUE PUEDO HACER?

La CNMC tiene una interesante herramienta llamada que «simulador de factura eléctrica» que te recomiendo usar de un modo muy simple:

  1. Coge una factura tuya cualquiera
  2. Introduce los datos en el simulador
  3. Repite esto varios meses, o para un año entero.

Si el valor que obtienes es mayor que el de tu factura quiere decir que has conseguido el contrato adecuado, si no  quiere decir que ese periodo te hubiese convenido contratar PVPC, si es igual significa o que ya tienes un contrato a PVPC o que la comercializadora a libre mercado te aplica idénticos precios.

Esto funcionará a la perfección si tu factura no es ya de las nuevas «por horas»… esto va a ser harina de otro costal.

En cualquier caso recuerde qeu siempre le queda la opción de acudir a un profesional APEME cuyo principal negocio son las instalaciones y que dada su proximidad diaria no querrá ver comprometido a su cliente y le por tanto le podrá asesorar con mayor imparcialidad.

Autor: Antonio Escortell

Fuente: enapeme.es

Discriminación horaria

La discriminación horaria es una modalidad de tarifa que ofrecen las comercializadoras eléctricas, en la cual se paga menos por la energía consumida a ciertas horas del día, principalmente por la noche. Esta tarifa está disponible tanto dentro del mercado libre como del regulado y la Tarifa de Último Recurso que actualmente se conoce como Precio Voluntario al Pequeño Consumidor también la tiene.

Antes de acogerse a este tipo de tarifa, se recomienda realizar un estudio de su consumo de luz para determinar si le conviene y si es así debe notar un ahorro en la factura eléctrica porque el precio del kWh es más barato en las horas nocturnas.

Las horas de la discriminación horaria para las tarifas 2.0DHA y 2.1DHA son las siguientes:

Horario de discriminación horaria en invierno:
  • Periodo valle que es el más barato de  22:00 – 12:00 (14 horas)
  • Periodo punto que es el más caro de 12:00 – 22:00 (10 horas)
Horario de discriminación horaria en verano:
  • Periodo valle englobado en las horas nocturnas de  23:00 – 13:00 (14 horas)
  • Periodo punta reflejado en las horas del día 13:00 – 23:00 (10 horas)

El cambio de horario dentro de la discriminación entre el verano y el invierno es la misma que en el cambio oficial de hora. El consumidor que tenga la tarifa nocturna debe tener en cuenta esto.

Discriminación horaria supervalle

discriminación horaria no solo contempla la modalidad de dos periodos, sino que también incluye la discriminación horaria en tres periodos también para las tarifas de acceso 2.0DHS y 2.1DHS. Esta modalidad de tarifa se compone de tres franjas horarias que se estructuran de la siguiente manera:

  • La franja supervalle es la más económica de todas.
  • La franja valle que es barata aunque no tanto como la anterior.
  • La franja punta que siempre es la más cara de todas.

A diferencia de la discriminación horaria en dos periodos, este tipo de tarifa nocturna no diferencia las horas del día entre el invierno y el verano, lo que implica que siempre se dispone del mismo horario.

El proceso de cambio de comercializador

Este gráfico muestra el esquema general del procedimiento de cambio de comercializador:

Fuente: CNMC

El mecanismo de intercambio de información  en el sector eléctrico, se trata de mensajes bilaterales entre los agentes implicados (comercializador entrante, distribuidor y comercializador saliente) generados por sistemas independientes desarrollados por cada uno de los agentes sobre la base de los formatos pactados en OCSUM.
El número de solicitudes de cambio de comercializador recibidas por los distribuidores durante el cuarto trimestre de 2014 fue de 940.094 en el sector eléctrico, lo que supone un aumento del 14% con respecto al tercer trimestre del año 2014. En el sector gasista, el número de solicitudes fue de 244.305, con un incremento del 22,5% con respecto al tercer trimestre de 2014.

No todas las solicitudes formuladas por los comercializadores están bien realizadas o contienen la información que corresponde a la del punto de suministro. Así, el número de solicitudes aceptadas en el cuarto trimestre de 2014 fue de 876.895 en el sector eléctrico y de 215.527 en el sector gasista. Esto representa una tasa de aceptación del 93,3% % en el sector eléctrico y del 89,3% en el sector gasista.

Finalmente el número de cambios de comercializador activados por los distribuidores en el cuarto trimestre de 2014 fue de 846.837 en el sector eléctrico y de 215.530 en el sector gasista, lo que supone unas tasas de cambio de comercializador (switching) en el trimestre, relativamente elevadas en ambos sectores (del 2,8% y del 2,9%, respectivamente).12

El déficit eléctrico provisional hasta febrero asciende a 934 millones, 75,2 millones menos de lo previsto

power-poles-503935_640El desajuste provisional entre los ingresos y los costes del sistema eléctrico, conocido como déficit de tarifa, alcanzó en la segunda liquidación de 2015, que engloba los meses de enero y febrero, los 934,4 millones de euros, cifra que aún tiene que ajustarse una vez que se incorporen ingresos pendientes de cobro. El déficit gasista es de 103 millones en este período.
Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la distinta estacionalidad entre los ingresos y los costes del sistema produce que en los primeros meses del año los desajustes sean mayores y se reduzcan a lo largo del ejercicio. Según el organismo, el déficit registrado es inferior en 75 millones a la previsión esperada en la liquidación de febrero (1.009,6 millones). Entre los aspectos destacables respecto a las cuentas del sector eléctrico durante el periodo, la CNMC destaca que la demanda en consumo ha sido de 23.398 gigavatios/hora (GWh), un 2,1% inferior al valor promedio observado en años anteriores, lo que ha implicado una caída de los ingresos por peajes del 3,7%, es decir, de 54 millones.

Asimismo, los peajes que pagan los generadores de electricidad han sido un 2,4% más elevados, 0,3 millones más, y los ingresos de costes regulados han sido 136 millones inferiores a los esperados. Además, se han registrado 77,4 millones de euros de ingresos por la aplicación de la Ley 15/2015; 29,5 millones de euros procedentes de los impuestos y 48 millones de euros correspondientes a la subasta de los derechos de emisión de gases invernaderos. Por su parte, los costes regulados fueron 136,8 millones de euros inferiores a los previstos, debido a un menor coste en los pagos por capacidad, de 52,7 millones de euros y 90 millones en el coste de la producción renovable, cogeneración de alta eficiencia y residuos.

De esta manera, el coeficiente de cobertura de costes de esta liquidación es del 60,2%, es decir, que los agentes del sistema cobrarán ese porcentaje de los ingresos reconocidos ahora, mientras que el resto se abonará a medida que haya nuevos recursos disponibles. La nueva normativa establece que los costes del sistema se pagarán conforme a los recursos disponibles, lo que genera un cierto desfase porque los ingresos procedentes de los peajes de acceso se suelen recibir con algún retraso.

Asimismo, se han liquidado un total de 64.029 instalaciones que estaban activas en el sistema de liquidaciones de la CNMC, y se encontraban inscritas en el Registro de Régimen Retributivo Específicodel Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Su retribución en los primeros meses del año ascendió a 1.073 millones de euros, con un índice de cobertura del 60,2%. De esta manera, una vez descontadas las cantidades correspondientes al ejercicio 2015 ya abonadas en las liquidaciones anteriores,la cantidad a pagar a cuenta a los productores en la liquidación asciende a 487,413 millones de euros.

Por su parte, el desajuste acumulado en el sector del gas a febrero de 2015 ascendió a 103 millones de euros, un 39,4% menos que en el mismo periodo del año anterior, aunque en la primera liquidación del ejercicio anterior se incluyó la cantidad de 20,8 millones de euros correspondientes a la ejecución de una sentencia de la Audiencia Nacional.

El total de ingresos declarados por las empresas al sistema gasista ascendió a 410 millones de euros, mientras que la retribución fija acreditada a las empresas por las instalaciones de transporte, distribución, regasificación y almacenamiento subterráneo se situó 496 millones de euros. Por las actividades de regasificación, carga de cisternas, trasvase de GNL y puesta en frío de buques se acreditó una retribución variable de 5 millones de euros. Como resultado, se tiene una retribución total acreditada de 501 millones de euros que es un 7,1% inferior a la del mismo periodo del ejercicio 2014.

El cambio de hora

adelanto-de-hora-Horario-de-veranoLa madrugada del Domingo 28 de Marzo se adelantó la hora por lo que a las 2:00 a.m pasaron a ser  las 3:00 a.m.

El motivo de este cambio es adecuarnos al horario de verano y conseguir que coincidan el mayor número de horas diurnas con la jornada laboral y con ello reducir el consumo de electricidad.

Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Entidad Pública Empresarial del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, el potencial de  ahorro en iluminación en  nuestro país, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a  unos  300 millones de euros. De esa cantidad,  90 millones  correspondería  al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 € por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.

Para alcanzar este potencial de ahorro, se deberá llevar a cabo un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del terciario y en industrias. Estas tecnologías ampliamente experimentadas consisten en fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona, a través de ventanas o lucernario.

El “Cambio de Hora” comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.

Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real decreto 236/2002, de 1 de marzo.

La Novena Directiva –de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea- establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la “Hora de Verano” (en el que, como ahora, adelantamos el reloj una hora) y su finalización (cuando retrasamos el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.

La  aprobación de la Novena Directiva, que viene a consagrar la medida del cambio, está avalada  por las conclusiones  de un estudio   sobre su  alcance y efectos realizado por encargo de la Comisión Europea y  presentado al  Parlamento en 1999.

Tras analizar exhaustivamente las repercusiones de la medida, el estudio concluye que  tiene  impactos positivos  no sólo sobre el  ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.

Cabe destacar, en este sentido, que el Código Técnico de la Edificación hace  ya obligatoria la instalación de  estos sistemas  en los edificios de nueva construcción y que el Plan de Acción de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética, aprobado por el Gobierno, posibilita ayudas  para reformar la iluminación en los edificios del sector terciario.

Pero, además, independientemente del cambio de hora, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y el IDAE recomiendan a los ciudadanos contribuir al ahorro de energía durante todo el año haciendo un uso inteligente de la iluminación en nuestros hogares. Seguir determinadas pautas o hábitos puede permitirnos, sin renunciar al confort, ahorrar hasta 100 €  al año, además de evitar emisiones contaminantes a  la atmósfera.

La luz: ¿Sube o baja?

eurosTodo el mundo tiene claro que el recibo final de la luz ha subido mucho durante los últimos años –un 70% en una década– y que sigue subiendo. Sin embargo, cuando uno presta atención a las declaraciones del ministro del ramo, José Manuel Soria, escucha justo lo contrario. Suele repetir machaconamente que, gracias a su labor, el precio de la electricidad ha bajado en los últimos años –concretamente un 5% durante 2014– y prevé que seguirá bajando. Además explica que los altibajos del recibo, que pueden confundir a los consumidores, dependen del juego del mercado y que en eso el Gobierno no tiene nada que ver.

No hay más que grosera demagogia en las palabras del Ministro, porque las cosas no son así. Ni de lejos. Hasta es falso que su negociado no tenga nada que ver con la cantidad que en el recibo se asigna con cargo al mercado. Es difícil no ofenderse al escucharle.

La luz sube, y mucho; ahora bien, saber cuánto ya no es tan fácil. Según Facua-Consumidores en Acción, entre enero de 2014 y enero de 2015 la subida fue nada menos que del 14%. El dato, escandalosamente diferente al aportado por el Ministro, es reducido por el Instituto Nacional de Estadística (INE) hasta el 4,4%; se trata de una subida más moderada, pero aún muy lejos de la reducción esgrimida por Soria. Como las cifras del INE son las oficiales, el Gobierno tuvo que aclarar, mediante un Comunicado de Prensa, que la diferencia con sus estimaciones se debían a que había usado una metodología distinta. Y se quedó tan ancho.

Así pues, la luz sube, y en contra de lo que dice el Ministro, las decisiones del Gobierno son decisivas para ello. Para verlo con cierto detalle, conviene ir desglosando, a grandes rasgos, la estructura de la factura final de los consumidores, que consta de tres grandes bloques: el precio del mercado, los peajes y los impuestos. Empecemos por el último:

El bloque de los impuestos

Dos son los gravámenes que soporta el recibo directamente: el Impuesto Especial sobre la Electricidad, fijado en el 4,8%, y el IVA, que no sólo es del tipo máximo del 21% tras la reforma fiscal de 2012, sino que no tiene en cuenta que ya se aplica el impuesto especial, es decir, el Gobierno grava dos veces el mismo bien, algo, como mínimo, heterodoxo.

El precio final del recibo también incorpora indirectamente una pléyade de impuestos sobre los activos –desde el agua embalsada hasta el impacto ambiental– o sobre la actividad de generación, porque las empresas generadores, en la medida de sus posibilidades, terminan repercutiéndolos en el precio del mercado. Sólo el impuesto lineal a la facturación de la generación, introducido por el Gobierno en 2012, es del 7%.

El bloque del término de potencia: los peajes, pero no todos

Supone alrededor del 40% del recibo final de los consumidores y debería estar integrado por los costes de operación del sistema eléctrico, pero incluye conceptos que nada tienen que ver con ello, como la retribución específica de las renovables, las anualidades del déficit de tarifa o parte de la financiación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Su composición y el modo de calcular los costes de los diferentes conceptos –los peajes– siempre han sido polémicos, porque son discrecionales, y, por lo tanto, objeto de mangoneo político. La última Ley del sector eléctrico, publicada en diciembre de 2013, intentó paliar la injerencia oportunista y otorgó a la CNMC la responsabilidad de hacer los cálculos objetivamente. Pero al poco el Gobierno se lo pensó mejor y decidió recuperar la competencia introduciendo una enmienda en la Ley de Metrología, aprobada el pasado diciembre.

Tras recuperar el poder de decidir, a veces por ciencia infusa, lo que se paga para que la electricidad esté siempre disponible en los puntos de consumo, Soria procedió a ejercerlo y nos anunció que este 2015 iba a congelar los peajes.

Además del anuncio, ha hecho un par de cosas más. Por un lado, ha reducido los peajes a la industria vasca un 15%, arguyendo una particularidad de las redes de distribución locales para enmascarar el cumplimiento de un pacto con el PNV. Y por otro, ha decidido que  la interrumpibilidad –una subvención encubierta a la industria de unos 500 millones de euros anuales– deje de formar parte del término de potencia del recibo de los consumidores y pase a sumarse al término de energía, que, teóricamente, sólo debería reflejar el precio del mercado.

O sea que el Ministro nos ha anunciado que congela la parte correspondiente a los peajes del recibo de la luz, y, a la vez, ha retirado una partida de 500 millones. ¿Verdad que resulta muy curioso?

El bloque del término de energía: el mercado

Pesa algo más del 30% del recibo final, en función del precio de casación del mercado mayorista, que a su vez está en manos de las fuentes de generación disponibles; como es marginalista, cuantas más renovables hay, que ofertan a precios bajos, más barato es. Hoy por hoy, que el precio suba o baje depende de que haya o no haya energía eólica.

 

Diga lo que diga Soria, el Gobierno influye indirectamente en el precio de casación con los impuestos que no gravan el recibo final y, además, le añade a dicho precio los peajes que considera oportuno, como los pagos por capacidad –una subvención encubierta a la generación sucia que ronda los 700 millones al año– o la recién reubicada interrumpibilidad.

O sea, que el Ministro sostiene que no tiene nada que ver con el juego del mercado –ése que puede confundir con sus oscilaciones–, pero le endilga unos cuantos miles de millones ajenos a él. ¿Verdad que resulta muy curioso?

El precio de la luz es demasiado político

Diga lo que diga Soria –quién sabe hasta dónde puede llegar– la luz sube o baja por obra y gracia de los gobiernos y de las grandes eléctricas con capacidad de influir en el precio del mercado –son un oligopolio– y en los despachos de los gobernantes.

Si la luz ha subido mucho durante los últimos años ha sido por decisiones de política energética con las que se puede estar de acuerdo o no; en cualquier caso, es mejor pagar más ahora que seguir negando la realidad y generando déficit e intereses.

La luz podría bajar si se quitaran de la factura elementos ajenos a ella, si los peajes se calcularan en vez de decidirse, si hubiera más competencia y si se instalaran más renovables

 

Y si la luz sigue subiendo, también es por decisiones de política energética, porque podría bajar si se quitaran de la factura elementos ajenos a ella, si los peajes se calcularan en vez de decidirse, si hubiera más competencia y si se instalaran más renovables.

Fuente: http://blog.gesternova.com/